Los colegios electorales de Kenia abrieron este martes por la mañana con largas colas de votantes que esperaban para elegir al que será su presidente durante los próximos cinco años en una votación marcada por la tensión y el miedo a que se repita la violencia post electoral de 2007.
En los sondeos aparecen igualados los dos principales candidatos, el actual presidente, Uhuru Kenyatta, y su viejo rival, Raila Odinga, que se enfrentarán en las urnas tras una campaña electoral en la que se han cruzado acusaciones de amaño e incitación a la violencia.
El nuevo sistema de identificación biométrica implementado para las elecciones generales de Kenia está ralentizando la votación y provocando largas colas en numerosos colegios electorales, donde los ciudadanos aguardan durante horas para poder depositar su papeleta.
"Es un proceso lento y además está teniendo algunos fallos, pedimos a la gente que tenga paciencia", dijo a EFE Adbullahi Boru, uno de los observadores internacionales que cotejan el proceso en el barrio chabolista de Kibera, donde viven cerca de un millón de personas.
Los casi 41.000 colegios electorales recibirán los votos de los 19,6 millones de kenianos registrados, de los que un 51% son menores de 35 años.
Aparte de las estrictas medidas de seguridad desplegadas por todo el país, la Comisión Electoral keniana (IEBC, siglas en inglés) pidió a los votantes que mantuviesen su voto en secreto y que se alejaran como mínimo a 400 metros de los centros de votación tras depositar las papeletas en las urnas.
Si funciona el sistema de transmisión electrónica de votos implantado por la IEBC, los resultados podrían empezar a conocerse a medianoche, aunque algo menos de un tercio de los colegios electorales no tenían una cobertura móvil adecuada, algo que podría provocar "retrasos relativos".