Un sorpresivo y dinámico espectáculo cautivó a los 12.000 asistentes que concurrieron al Estadi Municipal de Montilivi de Cataluña. A pesar de la diferencia latente en la jerarquía de los planteles, el Girona capitalizó sus oportunidades para poner contra las cuerdas al Atlético Madrid.
Si bien los conducidos por Diego Simeone amenazaron con abrir el marcador a través de las incursiones ofensivas de Fernando Torres, la vía aérea de Cristian Stuani hizo delirar a los fanáticos locales.
A los 22 y 25 minutos del primer tiempo el uruguayo sacudió la red para que el show tome una carga emotiva muy intensa. El inesperado resultado obligó a Diego Simeone a cambiar de esquema con el ingreso de los argentinos Ángel Correa, Nicolás Gaitán y Luciano Vietto.
Además, el desesperado intento de Antoine Griezmann relacionado a una simulación adentro del área que provocó su expulsión por doble amarilla debilitó al Colchonero. Con superioridad numérica los de Pablo Machín comenzaron a saborear el riquísimo jugo de la victoria, un error que tuvo un costo muy elevado.
La calidad del ex San Lorenzo y el sacrificio de Juan Manuel Giménez llevaron a una división de puntos que despertó una mezcla de sensaciones. Los del Cholo rescataron un empate gracias a una nueva muestra de carácter, pero la realidad es que el compromiso estaba ideado para sumar de a tres. En cambio, los intérpretes del Girona, que hubiesen firmado la igualdad antes del pitazo inicial, se retiraron al vestuario con la mirada al piso como si la derrota los hubieran acosado de manera avergonzada. En la dinámica de lo impensado, el candidato al título sonrió con un punto ante el participante que tiene como objetivo la permanencia. La Liga de las Estrellas comenzó de manera inesperada para los capitalinos.
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