Óscar Washington Tabárez: "Me parece fundamental combatir al resultadismo"

El técnico de la selección uruguaya habló sobre diferentes temas futbolísticos y sociales

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“Este es un equipo que siempre miró para adelante”, señaló sobre la selección de Uruguay
“Este es un equipo que siempre miró para adelante”, señaló sobre la selección de Uruguay

"Me sigo poniendo nervioso en los partidos. ¡Hay que ponerse nervioso! Con los años uno va adquiriendo mecanismos de control, pero si no me pasara significaría que no me importa nada". La frase es de Óscar Washington Tabárez, técnico de la selección uruguaya y el entrenador con más partidos al frente de un equipo nacional.

"A mí me ha tocado, circunstancialmente, ser el técnico que más partidos ha dirigido en una selección. Eso es así, un trabajo continuo, de mucho tiempo, que dio sus frutos", contó quien acumula 171 encuentros al frente de la Celeste en una entrevista con la revista argentina La Garganta Poderosa, una cooperativa nacida en los barrios más carenciados de ese país.

"Este es un equipo que siempre miró para adelante. Que soñó con muchas cosas que hoy vemos concretadas. Lo único que pretendo es que esta manera de hacer las cosas continúe cuando me vaya que, debido a mi edad, será dentro de poco", advirtió el técnico de 70 años que padece el síndrome de Guillain-Barrè.

El hombre que supo estar en el banco de suplentes de Boca y Vélez en el pasado no sólo se enfocó en los temas futbolísticos, sino que también hizo hincapié en los aspectos sociales de su país. "Tratamos de llegar a metas más grandes a través del deporte. Por ejemplo, cuando recibimos a una selección de menores le decimos que la primera norma es saludar a la gente que trabaja en el complejo", explicó sobre el rol social que cumple desde hace 11 años.

"A medida que pasa el tiempo, he ido sintiendo que los jóvenes no encuentran el camino para robustecer su esperanza de salir de ahí o transformar su entorno", analizó sobre las clases sociales que más padecen la desigualdad.

Y recordó una anécdota que lo ayudó a cambiar su óptica sobre la sociedad: "La primera vez que fui a una escuela carenciada vi a una niña que le quitó la cáscara a una banana y la tiró al suelo. Me acerqué para decirle que eso debía ir a la papelera, pero en el ínterin apareció otra nena que levantó la cáscara y se la comió".

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