Guerrilleros del grupo terrorista EPL combatieron con militares colombianos que escoltaban a una misión de la ONU

Militares del Ejército de Colombia entraron en combate con guerrilleros del Ejército Popular de Liberación (EPL) mientras garantizaban la seguridad de observadores de la ONU que recuperaban una caleta (escondite) con armas y explosivos de las FARC en el este del país, confirmaron hoy a Efe fuentes castrenses.

El combate, en el que no hubo muertos ni heridos, se produjo en la vereda El Cobre, que forma parte del municipio de Hacarí, en la convulsa y selvática región del Catatumbo, según las fuentes.

El Gobierno colombiano y las FARC, que ahora son un partido político, acordaron este viernes ampliar en 15 días el plazo para la extracción de armamento y material inestable de las caletas de esa antigua guerrilla, una actividad que realiza la Misión de la ONU en Colombia.

Las FARC informaron acerca de la ubicación de 957 caletas, de las cuales 640 ya han sido recuperadas.

La Misión de la ONU en Colombia tiene carácter político y no militar, por lo que los policías y militares internacionales que la integran van desarmados aunque claramente identificados con chalecos azules con el emblema del organismo internacional.

Durante su labor cuenta con el apoyo de la fuerza pública, que asegura el perímetro antes de acudir a cada una de las recuperaciones de armas.

El pasado 6 de agosto, la Misión de la ONU confirmó que un equipo en el que estaban algunos de sus observadores, miembros de las FARC y de la Policía, fue emboscado cuando trabajaba en la extracción de explosivos ocultos en caletas de una zona remota del municipio de Caloto, en el departamento del Cauca (suroeste).

En esa ocasión responsabilizaron a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) del ataque, en el que resultó herido un integrante de la Unidad para la Edificación de la Paz (Unipep).

El Catatumbo es una región fronteriza con Venezuela en la que opera el ELN, un reducto del EPL, guerrilla desmovilizada en su mayoría en 1991 y cuyos últimos supervivientes son considerados como una banda de narcotraficantes por el Gobierno, así como exparamilitares y bandas de contrabandistas.

Antes de dejar las armas, las FARC también operaban en esa zona.

Con información EFE

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