Conozca a la sheija Amina, la mujer que dirige una Orden musulmana en México

Es la líder espiritual de una comunidad sufí en el DF. Reivindica al Corán como promotor de la “igualdad” entre la mujer y el hombre, a pesar de lo que ocurre hoy en muchos países islámicos

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La sheija Amina Teslima al Yerráhi en una de las reuniones de su comunidad, en México DF
La sheija Amina Teslima al Yerráhi en una de las reuniones de su comunidad, en México DF

Amina Edlín Ortiz Graham o sheija Amina Teslima al Yerráhi, como fue bautizada en la Orden que representa, es una excepción. Musulmana en un continente abrumadoramente católico y líder espiritual de una comunidad religiosa en la que los rostros femeninos suelen pasar desapercibidos detrás de los velos de la opresión.

Sin embargo, esta puertorriqueña que vive en México sostiene, convencida, que lo verdaderamente islámico tiene que ver más con su pequeña comunidad de alrededor de 500 fieles en el DF –llamada Orden Sufí Nur Ashki al Yerráhi– que con lo que sucede en Medio Oriente y en buena parte de los países islámicos.

El velo y el encuentro con Dios

En la comunidad de Amina, hombres y mujeres conviven como iguales y prima un deseo de equilibrar lo que ella llama "las energías femeninas y masculinas". Allí, tanto las mujeres como los hombres se cubren la cabeza con una especie de casquete llamado "taquia" pero no usan hijab. Si quieren, las mujeres pueden ponerse un velo que les caiga sobre el rostro de manera blanda.

Amina dice que cuando lo usa no lo hace para cumplir con ninguna "regla absurda", sino para acercarse a Dios. "El velo es algo que amo porque me enseñó figurativamente a poner una cortina entre lo externo y lo interno. Yo uso el velo cada vez que voy a orar y cada vez que piso nuestra mezquita. Creo honestamente que es algo que embellece la práctica espiritual".

Amina sólo utiliza el velo en los momentos de oración
Amina sólo utiliza el velo en los momentos de oración

Es que aunque rechace la idea de que se trata de una rareza y defienda de forma contundente los mandatos del islam, ella sabe que su realidad no es fácilmente comparable con la de muchas de sus correligionarias. "Doy gracias a Dios por el privilegio de formar parte de una comunidad tan fresca y nueva en un contexto tan virgen, como es México y Latinoamérica", aclara.

-¿Cuál es en su opinión la situación actual de la mujer en el mundo islámico?

-Lo primero que hay que decir es que hay muchos movimientos y situaciones diversas dentro del islam, en países que van desde Rusia hasta Indonesia. El mundo árabe es solo el 12% de lo que representa el mundo musulmán y eso se suele perder de vista. Ahora, en el mundo musulmán hay muchas cosas que cambiar y muchas críticas que hacer, seguro, pero eso pasa en todas las religiones. Yo lo que pienso es que la desigualdad entre las mujeres y los hombres es algo across the board, ¿me entiendes? En los partidos políticos, en las familias, en las escuelas, en las religiones, y en todos lados. Tenemos que abordarlo, sí, pero cada cual desde su trinchera.

-¿Qué quiere decir eso?

-Quiere decir que es lamentable cómo las feministas europeas juzgan a las mujeres árabes que practican el islam. Ellas, a las que les tomó muchísimo tiempo y luchas llegar hace apenas 150 años a la situación que tienen actualmente, no ven que el Corán emancipó a las mujeres y que el Profeta le dio vida a esa emancipación en el desierto de Arabia en el siglo VII.

-Entiendo que las críticas de las feministas europeas se refieren a la situación actual de la mujer islámica…

-Pero, ¿qué saben las feministas europeas de la situación de las mujeres en el mundo islámico? Que si usan velo, que si no usan velo, que si se visten de esta o de aquella manera. ¡Qué ignorancia!. Las mujeres islámicas se pueden emancipar en cualquier momento, como lo han hecho y lo siguen haciendo otros grupos de mujeres en distintos lugares del mundo cuando ellas deciden hacerlo, pero siempre en el contexto que les es propio y natural.

La mujer islámica, el Corán y la cuestión de género

Amina considera que el problema de las mujeres "es un problema universal, y es terrible". La semana pasada, en varios países de Latinoamérica se realizaron movilizaciones contra los femicidios, y la religiosa participó de la que recorrió las calles de la capital de México. "Matan mujeres, pero la mirada inquisidora sigue estando sobre el mundo islámico", discute.

Amina junto a su comunidad, en la mezquita de México DF
Amina junto a su comunidad, en la mezquita de México DF

Pero la religiosa no apunta sólo contra Occidente: "En 2016, las mujeres estamos tratando de llegar a la misma equidad que se vivió en Medina en el siglo VII y, llamativamente, en las esferas de poder de los países islámicos hoy nadie recuerda eso".

Es que para ella no hay dudas en relación al mensaje de igualdad que dicta el libro sagrado del islam, pese a que hoy cueste reconocer ese mensaje en el mundo islámico. "La mujer es adorno para el hombre y el hombre es adorno para la mujer, dice de forma clara el Corán (…) El rol de las mujeres lo definió el Profeta con las mujeres de su familia. Todas ellas participaban en los espacios importantes de la comunidad, incluidas las instancias de toma de decisiones", relata.

La definición contrasta con una realidad que, aunque varía de país en país, parece ser el de la sumisión. En algunos, como Arabia Saudita, el lugar de la mujer en la sociedad está tan relegado que tiene prohibido manejar, trabajar y hasta caminar sola por la calle.

Durante una ceremonia de la comunidad Nur Ashki al Yerráhi
Durante una ceremonia de la comunidad Nur Ashki al Yerráhi

Es cierto, no obstante, que el Corán consagró en el siglo VII –mucho antes de que lo hiciera el mundo occidental– el derecho de las mujeres al divorcio y a la herencia; al tiempo que, según han demostrado nuevas investigaciones historiográficas y antropológicas, las mujeres tenían roles relevantes en las comunidades árabes y participaban en las decisiones de gobierno de ese entonces.

Según Amina, esta situación sólo se modificó con la conquista de Constantinopla por parte de Occidente, cuando las comunidades islámicas aceptaron la influencia patriarcal del cristianismo.

"La buena noticia -señala optimista- es que hoy en día hay muchas investigaciones académicas sobre el tema, muchas de ellas a manos de mujeres que por primera vez se están dedicando a desentrañar cómo se ha distorsionado el papel de la mujer en el mundo islámico a lo largo de 1.400 años".