José Serra, el canciller del nuevo gobierno de Brasil, viajará a la Argentina para reunirse el próximo lunes con funcionarios de la administración de Mauricio Macri, según confirmaron a Infobae fuentes de la Casa Rosada. Se trata del primer encuentro formal que tendrían ambas administraciones, tras la caída de Dilma Rousseff.
Voceros del gobierno de Macri admiten que se trata de una acción política y diplomática de altísimo riesgo. Si bien aceptan que el encuentro será un reconocimiento de la legitimidad del equipo gubernamental que encabeza Michel Temer, surgido tras un proceso de impeachment, saben que se trata de una posición que fue cuestionada por el PT y el bloque de países liderados por Venezuela y Bolivia.
El gobierno del PRO fue el primero que públicamente, a los pocos minutos de que se aprobara por el Senado brasileño la suspensión de Rousseff, emitió un comunicado que resaltó el funcionamiento de las instituciones democráticas de ese país y llamó a superar la crisis política que golpea, sobre todo, a la economía del gigante sudamericano.
La reunión con Serra pondría una presión extra al sueño de política internacional que tienen Malcorra -por su propio mérito- y Macri, que trata de tallar con un éxito diplomático de escala global. Ante el riesgo de que un enfrentamiento con el sector más de izquierda de América del Sur, la canciller tuvo un gesto hacia la caída presidenta. "Desde la perspectiva legal, [la suspensión por el impeachment] parece haber seguido su debido proceso. La pregunta es si más allá de la legalidad hay un verdadero mérito, si es legítimo".