Un guiño a Donald Trump en Vigo y Van Buren, los condados de EEUU que siempre votan a ganador

Los resultados electorales de esos pequeños distritos de Indiana y Arkansas suelen coincidir con el nacional. En las primarias, se inclinaron por el magnate republicano

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 AP 163
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Si se cumplen las predicciones que dicen que el condado de Vigo, en Indiana, o el de Van Buren, en Arkansas, raramente se equivocan, el nuevo presidente estadounidense será el magnate populista Donald Trump.


Pese a que aún es temprano para extrapolar los resultados de las primarias a la contienda de las presidenciales en noviembre, parece que Donald Trump es capaz de movilizar a más votantes que Hillary Clinton en estas zonas de la "América profunda".


El condado de Vigo y el de Van Buren son lo que en inglés se llaman "bellwether", que el Diccionario Oxford define como una muestra que permite hacer predicciones. El condado de Vigo y su capital, Terre Haute, ostenta el título de ser la comunidad estadounidense que más veces ha acertado en la elección de un presidente. Desde 1888 solo se han diferenciado dos veces, pero en el resto de ocasiones se han inclinado siempre por el ganador los 108.000 habitantes de este condado rural.


"Es el clásico lugar de la clase media estadounidense. Pequeños negocios, granjas familiares y escuelas. Tenemos más en cuenta el sentido común que las ideologías partidistas", explicaba el año pasado a Político Evan Bayh, el que fuera hasta 2011 senador demócrata por Indiana.


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El condado de Vigo tiene un 88% de blancos y representa una parte del estadounidense medio del Medio Oeste, aunque cada vez menos otras partes del país, donde los latinos o aquellos que se han descolgado de la clase media pueden decantar la balanza a uno u otro lado. En las últimas elecciones presidenciales se impuso en el condado el presidente demócrata Barack Obama, quien ganó por un estrecho margen al republicano Mitt Romney. De nuevo, el condado de Vigo volvió a acertar al inclinarse por el que acabaría siendo vencedor a nivel nacional, pero está por ver si esta comunidad que representa también al estadounidense medio acierta en este ciclo electoral en que la proclamación de Donald Trump como candidato republicano parece desafiar la lógica imperante hasta ahora.


"Trump, que con su verborrea populista ha conquistado gran parte de los votantes conservadores del deprimido Sur"

En las primarias de comienzos de este mes se depositaron 13.400 votos demócratas, de los cuales una mayoría de 7.400 fueron a parar al senador por Vermont Bernie Sanders. En el lado republicano se depositaron más de 13.000 papeletas con un 63% de todos esos votos a nombre de Trump. Así las cosas, todo parece indicar que Trump sería el favorito para imponerse en las presidenciales de noviembre al candidato demócrata que salga de este proceso de primarias, algo que parece casi decidido a favor de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton. Trump, que con su verborrea populista ha conquistado gran parte de los votantes conservadores del deprimido Sur, de los Montes Apalaches y del Noreste, parece ser inasequible al desaliento y a la falta de concreción en sus propuestas y podría dar la sorpresa si movilizara (como ha ocurrido en varias contiendas de primarias) a votantes desencantados con la política, al voto anti-Clinton y a demócratas desafectos por el giro a la izquierda del partido.


Otro de los condados llamados "bellwether" en los que ya se han celebrado primarias es Van Buren, en Arkansas, donde en marzo Donald Trump se impuso a sus rivales de partido con 38% y 1.200 votos, por encima de los 770 que se depositaron por Hillary Clinton en las primarias demócratas.


"Trump ya ha conseguido números récord de votantes con su discurso anti-inmigrante, anti-musulmán"

Lo que estas cifras sí permiten ver es que la movilización del electorado será esencial para aquel que quiera proclamarse ganador de las elecciones presidenciales en noviembre. Trump ya ha conseguido números récord de votantes con su discurso anti-inmigrante, anti-musulmán y a favor de poner los intereses estadounidense por delante de la buena diplomacia o la lógica de la globalización. Para Clinton, si es finalmente ella la candidata demócrata, será vital poder llevar a las urnas a los afroamericanos y los latinos, que tradicionalmente tienen baja participación electoral, y a indecisos, y la mejor arma para disparar la participación no es ni más ni menos que la polarización que despierta Trump.


Por su relativo bajo impacto en las elecciones, esos colectivos han permitido que el Estados Unidos del Medio Oeste, blanco, de clase media y poco politizado, puedan ser laboratorios de pruebas extrapolables al conjunto de la nación. Será con el permiso de hispanos o afroamericanos que el condado de Vigo o el de Van Buren mantenga su alto nivel de acierto.