En el gabinete de Vidal debaten cuándo y cómo "sincerar" los sueldos de los funcionarios

La gobernadora tiene previsto darles un aumento a sus funcionarios, pero busca disminuir el costo político

Compartir
Compartir articulo
 Telam 162
Telam 162

Hay dos corrientes internas en el gabinete bonaerense. La más moderada, que impulsa un aumento salarial mesurado, en línea, por ejemplo, con el del gremio docente. Y el ala más dura, que propugna por una suba drástica que sincere el bolsillo de los funcionarios, aunque haya que surfear un inevitable "costo político". El debate sobrevoló de hecho el retiro de casi 48 horas al que María Eugenia Vidal y su equipo se sometió en el anteúltimo fin de semana de abril. Según confiaron a Infobae altas fuentes del Gobierno bonaerense, la gobernadora analiza cuándo y a cuánto llevar el sueldo de los funcionarios políticos de primera línea de la provincia de Buenos Aires, retrasados en comparación a los haberes nacionales e incluso a los de los diputados y senadores y hasta al de los legisladores porteños.


"La idea de sincerar los sueldos va en línea con la coherencia de la gobernadora de transparentar todo. Así no se sostiene mucho más", explica un alto funcionario bonaerense a cargo del análisis de la eventual recomposición salarial. El salario del gabinete provincial oscila entre los 45 y los 55 mil pesos de bolsillo, dependiendo cada caso particular y el mes. Similar al Gobierno porteño, cuyos sueldos, según las rendiciones de principio de año, variaron en la misma franja. La diferencia es que, en el caso de los ministros y subsecretarios de la Ciudad, regirá ahora un aumento del 14 por ciento -en línea con las subas de la paritaria estatal-, que se suma a 2.500 pesos extra que se otorgaron en marzo. Los funcionarios bonaerenses no están dentro de las discusiones salariales del gremio provincial.


Hasta hace algunos años, los aumentos salariales del máximo representante del Poder Ejecutivo provincial y de los ministros estaban enganchados a los del presidente de la Suprema Corte bonaerense y de los integrantes de ese tribunal, pero la normativa fue prohibida por decreto durante la crisis de principios de siglo.


Según las fuentes, Vidal ya avaló la recomposición salarial para ella, sus ministros, los subsecretarios y los directores generales bonaerenses, aunque desde su entorno se encargaron de aclarar que todavía "no hay fecha" ni porcentajes estipulados. Si bien es cierto que a diferencia de otras administraciones las remuneraciones quedaron retrasadas, el Gobierno provincial por ahora no quiere ventilar el tema, en un semestre signado por el fuerte ajuste económico. De todos modos, desde el entorno de la gobernadora están convencidos de que, cuando sea, van a pagar el costo político y mediático de engrosar sus sueldos. "María Eugenia está dispuesta a pagarlo", explican allegados a la ex vicejefa. Aseguran que está convencida en impulsar una suba significativa de dichas remuneraciones. El convencimiento de la mandataria evidencia la necesidad de transparentar los ingresos de la dirigencia política.



A nivel nacional, por ejemplo, Mauricio Macri cobró en enero poco más de 131 mil pesos bruto, un haber neto de algo más de 77 mil pesos con los descuentos, según publicó en su momento el diario La Nación. En el caso de los ministros y secretarios de la administración central, percibieron alrededor de 80.000 pesos, siempre según cada caso. Uno de los principales ministros consultados por Infobae aseguró haber recibido 81.000 pesos de bolsillo. En Casa Rosada, sin embargo, hay funcionarios provenientes del sector privado que empiezan a manifestar por lo bajo cierto descontento por las escalas salariales. Hay empleados que además aún no cobraron por los trámites burocráticos: hay promesas de que empezarían a cobrar recién a partir del mes que viene.


En cuanto al Poder Legislativo, el sueldo de un diputado en mano es de unos 52.000 pesos, pero tienen casi 20.000 de pasajes de avión que pueden cobrar si es que no los usan, sin contar aquellos que reciben un plus por desarraigo. En el caso de los legisladores porteños, el último salario fue de unos 65.000 pesos neto.


En la gobernación bonaerense reconocen lo tabú de la discusión y la complejidad de la situación. "¿Por qué está bien que pensemos en aumentarnos si un médico de guardia gana muchísimo menos? Pero también es cierto que hay funcionarios que manejan presupuestos de miles de millones de pesos y ganan 50 mil pesos", razona un funcionario del riñón más íntimo de Vidal. Lo llamativo es la disparidad de las escalas salariales: el contador General provincial, por ejemplo, gana casi 120 mil pesos neto, más del doble que la gobernadora.


El debate por los salarios es, sin embargo, una discusión inferior en comparación con el atraso de la administración bonaerense, una problemática que Vidal y espera empezar a sanar con la sanción de la Emergencia Administrativa, que se convertiría en ley esta semana en Diputados, tras la media sanción en el Senado provincial, y que ayudaría a agilizar la maquinaria estatal.


"El Estado bonaerense está hecho para hacer trampa", explica un ministro que lidia a diario con la imponente burocracia provincial. En la administración con sede en La Plata faltan edificios municipales, hay funcionarios que aún no tienen oficinas ni computadoras y algunos aún usan sus automóviles para trasladarse hasta la capital provincial. Recién ahora hay ministerios que impusieron servicios de traslado para sus empleados. Las trabas son en algunos casos irrisorias: el Gobierno todavía tiene frenada una licitación por la compra de 300 computadoras porque uno de los oferentes que quedó afuera impugnó el proceso. Es que en la Provincia no existe la "impugnación paga", como sí está contemplado en la Ciudad o en otras administraciones: cualquiera puede impugnar cualquier cosa porque no hace falta poner un peso para trabar una licitación.


La idea del macrismo bonaerense de empezar a ordenar el descalabro general consiste además en unificar la liquidación de sueldos: actualmente hay 25 sistemas diferentes, y los ítems en los recibos remunerativos son parte de la desprolijidad general.