Íngrid Betancourt: "Cuando no hay espacio para la reconciliación real, entonces estamos empujando a esas personas de vuelta a la criminalidad"

La política colombiana que pasó seis años cautiva de las FARC visitó su país y pidió aprender de los errores para encarar el proceso de paz con la guerrilla y las bandas criminales

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 EFE 163
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Íngrid Betancourt, la política que se convirtió en símbolo del secuestro en Colombia tras pasar más de seis años cautiva por las FARC, y que está de visita en su país natal tras ocho años viviendo en el extranjero, pidió en una entrevista con la agencia EFE aprender de los errores.


La bogotana vivió en carne propia el drama del secuestro, entre febrero de 2002 y julio de 2008, y se refirió al ELN, al que considera que "tiene que rectificar su posición" de no renunciar a ese delito.

"Para nosotros que nos digan que el secuestro es una manera de ganar plata, es algo que no podemos soportar. Y por lo tanto ellos tienen que llegar a un discurso mucho más maduro que nos permita realmente con seriedad y con madurez acogerlos en un proceso de diálogo", afirmó la excandidata presidencial.


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Betancourt visitó Colombia por primera vez en ocho años para participar del foro "La reconciliación, más que realismo mágico"

Betancourt está de visita en Colombia para participar del foro "La reconciliación, más que realismo mágico", convocado por la Fundación Buen Gobierno, y aprovechó su estadía para dar su apoyo al proceso de paz encarado por el presidente Juan Manuel Santos.


Pero la ex candidata a la presidencia de Colombia en 2002 destacó que Colombia está en vías de acercarse a una paz que aún no convence a muchos de sus compatriotas.

"Acercarse a la paz es también saber que tenemos que cambiar, tenemos que dejar de utilizar un lenguaje duro, agresivo, que incendie los corazones", afirmó la política retirada, que vive en Inglaterra.

En su opinión, el país debe "aprender" de los errores cometidos en otros procesos, como la desmovilización en 2006 de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), muchos de cuyos integrantes se reagruparon en las llamadas bandas criminales (bacrim).


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"(El surgimiento de) las bacrim lo que nos señala es que cuando hay un proceso de reconciliación o de paz, o de sometimiento a la justicia, en el cual la sociedad no se involucra y que aquellos que pasan por ese proceso, al final se sienten excluidos, rechazados, sindicados, señalados, cuando no hay espacio para la reconciliación real, entonces estamos empujando a esas personas a devolverse a la criminalidad para buscar una salida", alertó.

En momentos en que en La Habana el Gobierno y las FARC abordan los asuntos finales para llegar a un acuerdo que ponga fin a cinco décadas de conflicto, Betancourt aseguró que, en caso de tener la posibilidad de exigir una reparación como víctima, pediría "la verdad en torno a los hechos" que rodearon su secuestro el 23 de febrero de 2002.

El secuestro ocurrió cuando Betancourt, entonces candidata presidencial del partido verde Oxígeno, se dirigía a San Vicente del Caguán, municipio del sur del país que hasta horas antes había sido sede de una fallida negociación de paz con FARC.

"Yo no culpo al Gobierno de ese momento, los que me secuestraron fueron las FARC, pero también reclamo la posibilidad de que mi voz sea oída y reclamo eso porque para nosotros las víctimas la verdad es lo que nos permite reconciliarnos", añadió.

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