La heroica historia del "Medio Hombre" que derrotó a Inglaterra

"La mayoría pasa al lado de la estatua de Blas de Lezo y no sabe quién es", dice Gastón Pérez Izquierdo, autor de una biografía sobre el marino vascongado que en el s.XVIII humilló a "la rubia Albión" en la defensa de Cartagena de Indias

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Es tal el olvido en el que han caído esta gesta y su principal protagonista, que Inglaterra ha podido disimular aquella derrota y hasta convertirla en victoria acuñando una medalla conmemorativa en honor al almirante Edward Vernon en la que puede leerse: "El orgullo español humillado por el almirante Vernon". Y en el reverso: "Auténtico héroe británico, tomó Cartagena en abril de 1741". Tremenda impostura, ya que la historia fue exactamente al revés.

Con apenas 27 años, el vasco Blas de Lezo ya tenía un largo historial de batallas en las que había perdido un ojo, una pierna y parte de un brazo –lo que le valía el apodo de Mediohombre-, cuando le tocó detener en Cartagena de Indias de lo que su biógrafo llama "la codicia inglesa".

En inferioridad de condiciones en términos de hombres y armamento, Blas de Lezo defendió el puerto colombiano que los ingleses intentaban tomar.

"Eran los tiempos de piratas caribeños, ingleses codiciosos que escribirían después la historia con su perspectiva tuerta, tiñendo sus latrocinios con un barniz épico", escribe Pérez Izquierdo, en la biografía que, parafraseando el apodo del marino español, tituló Hombre y Medio, en reconocimiento a su coraje.

El sitio de Cartagena tuvo lugar en 1741. Para los ingleses, no fue sólo una derrota, sino también una terrible humillación, teniendo en cuenta la abrumadora superioridad de sus fuerzas. Sin embargo, consciente como fue siempre de la importancia de la batalla cultural, Inglaterra se las arregló para ocultar el hecho. Y en esto le fue funcional la desidia y la falta de conciencia histórica de sus oponentes.

Pérez Izquierdo cree que varios factores explican la anomalía que significa que, pese a su hazaña, la figura y hasta la misma existencia de Blas de Lezo sean tan poco conocidas. "La 'maldición' de Jorge II todavía debe funcionar", dice, aludiendo al hecho de que el rey de entonces ordenó no hablar ni escribir sobre esta batalla.

"Además –agrega- hay una serie de vistas cinematográficas y crónicas que hacen quedar a España, sus tradiciones y religión, como ejercidas por gente sin hombría. Lo malo es que la propia España y los pueblos de su habla hayan hecho muy poco por superar ese temperamento".

A diferencia del rechazo a las invasiones inglesas al Río de La Plata en 1806 y 1807, "los cartageneros no parecen tener una visión patriótica de esos acontecimientos, como nosotros", dice Pérez Izquierdo, autor también de Lepanto y la Armada de la Cruz, La invasión de Inglaterra 200 años después, Adolfo Alsina, caudillo y estadista y La última carta de Carlos Pellegrini, entre otros.

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"Los ingleses siempre fueron grandes equilibristas: dejaron de hostigar a España cuando Napoleón era el peligro y les convino apoyar la guerrilla española; incluso al término de la segunda invasión a Buenos Aires, Whitelocke recibió instrucciones de no 'ofender' a España", dice el autor de Hombre y medio.

Para escribir sobre Blas de Lezo, Pérez Izquierdo viajó al escenario de los hechos, a Cartagena, donde el embajador le dio todo el apoyo para su trabajo.

Hombre y Medio. La historia de Blas de Lezo y la defensa de Cartagena de Indias (Olmo Ediciones 2016) es una biografía de estilo novelado, que viene a compensar la injusticia hecha, por omisión, a este vasco legendario, y contribuye a iniciar el camino de la reivindicación de su victoriosa defensa de Cartagena de Indias.

Por Claudia Peiró cpeiro@infobae.com