En las difíciles, el River de Gallardo siempre apareció

No nos den por muertos porque este equipo tiene con qué dar vuelta la serie. Eso sí, hay que hacer todo distinto para lograrlo

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Se terminó el margen para River. En lo que va de 2016 se pudieron maquillar las bajas actuaciones con algunas victorias, justas, que nos permitieron clasificar en la Copa, aunque no alcanzó para pelear el torneo. El bajón futbolístico es notorio y ya no queda crédito: un paso en falso más y es un semestre perdido.

Esto es la crónica de una situación en aprietos anunciada, porque River desde que se trajo la Suruga Bank de Japón que no volvió a ser el que inspiró respeto y se quedó con la última Libertadores. Primero pensamos que el "jet lag" del largo viaje nipón había perjudicado al equipo, después vimos algunas ventas dolorosas -como la de Funes Mori-, pero tampoco. Aunque el equipo se desarmó, tampoco es el tema. River tiene un equipo de buenos jugadores con bajo nivel, como lo dijo en estos días el propio Marcelo Gallardo.

¿Qué pasó con el River que jugaba a un toque, con más de una opción de pase casi siempre, que apostaba al juego colectivo? Hoy vemos a un equipo que depende del brillo de las individualidades, que sólo puede desequilibrar si se ilumina alguno de los buenos pies que tiene. Porque hay jugadores, pero están pasando un mal momento, individual y colectivo. Sólo se venían salvando Barovero, Ponzio, Domingo y últimamente Balanta.

Cuando el equipo está afinado y empiezan a darse los resultados, hay un efecto donde van saliendo todas. Eso le pasó a River en los primeros 6 meses de Gallardo. Luego el equipo tuvo un bajón de verano hasta la segunda eliminación a Boca. El equipo se sentía ganador aún cuando los partidos eran parejos. Suerte, estado de gracia, como sea... River lo tuvo y ya no lo tiene. Los refuerzos no encontraron un equipo con ese funcionamiento y predestinación.

Pero todavía no se ha dicho la última palabra. Gallardo lo dejó en claro. Este River no está vencido, por más difícil que sea la revancha. Se le pueden meter dos o más a este equipo ecuatoriano, con todo el respeto que se merece. River tiene jugadores para revertirlo, lo necesario es sacar de adentro algo más que la intención de jugar.

El miércoles hay que estar ahí, llenando el Monumental como siempre, apoyando a estos jugadores, porque si algo demostró el River de Gallardo, es que no hay que darlo por muerto.