La Ciudad de Buenos Aires se vistió de amarillo y negro por una protesta de taxistas que se oponen al avance de la tecnología y al libre juego de la oferta y la demanda en el mercado del transporte de pasajeros.
Los conductores realizaron protestas contra Uber, la aplicación que comenzó a funcionar esta semana y que baja sensiblemente los costos para realizar viajes urbanos. Ante la inacción de las fuerzas de seguridad, los principales gremios del sector realizaron piquetes en 26 esquinas de la Ciudad de Buenos Aires.
Los taxistas se vieron fortalecidos esta semana por el apoyo explícito del presidente de la Nación, Mauricio Macri, quien habló de ellos como un "símbolo" de la Argentina. Semanas atrás ya habían recibido el aval del jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, quien cuestionó la legalidad de Uber.
El gobierno porteño aplicó la primera sanción a un chofer del servicio de autos particulares Uber, con una multa de 77.000 pesos y el secuestro del vehículo. La dura sanción llegó después de que el juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 15 de la Ciudad, Víctor Trionfetti, hizo lugar a un amparo presentado por el Sindicato de Peones de Taxis, que conduce Omar Viviani.