Corea del Norte en el informe de Estados Unidos: ejecuciones, desapariciones y campos de detención

El Departamento de Estado denunció las graves atrocidades que estaría cometiendo el hermético régimen de Kim Jong-un

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El lìder de Corea del Norte, Kim Jong Un, inspecciona el desarrollo de un nuevo misil nuclear intercontinental AFP 163
El lìder de Corea del Norte, Kim Jong Un, inspecciona el desarrollo de un nuevo misil nuclear intercontinental AFP 163

El informe que el Departamento de Estado estadounidense presentó este miércoles sobre violaciones de Derechos Humanos destacó las detenciones y ejecuciones arbitrarias, la desaparición de personas y los inmensos campos de detención que sostiene Corea del Norte.

"La República Democrática de Corea es un estado autoritario gobernado por la familia Kim desde hace 60 años", describe el informe en su introducción. El mandatario actual, Kim Jong-un, llegó al poder en 2011 tras la muerte de su padre, Kim Jong Il.

Famoso por su aislamiento, su armamento nuclear y un poder centralizado, el régimen comunista de Corea del Norte es denunciado por numerosas ejecuciones arbitrarias de opositores políticos, desertores repatriados y funcionarios. En mayo del año pasado se hizo público el caso del Ministro de Defensa Hyon Yong Chol, que fue ejecutado con un arma antiaérea y frente a una audiencia por orden de Kim Jong Un.

El régimen de Kim Jong-un desoyó a la ONU y continuó con sus pruebas misilísticas KCNA 163
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También existen acusaciones de desapariciones forzadas, en especial el caso de 12 ciudadanos japoneses que desaparecieron en 2014. La negociación entre Corea del Norte y Japón para avanzar en las investigaciones terminaron en abril de ese año, cuando el gobierno japonés decidió llevar el caso a la ONU y Pyonyang abandonó la mesa.

Otra de las acusaciones más fuertes se refiere a los campos de detención para prisioneros políticos, o Kwanliso, donde se busca reeducar a los detenidos mediante el trabajo forzado y la tortura. Según estimaciones recogidas en el informe, existen cinco campos de este tipo en Corea del Norte. Cada uno tendría entre 5.000 y 50.000 prisioneros.

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El informe resalta también la dificultad para conocer el alcance de las violaciones a los derechos humanos en Corea del Norte, ya que el régimen no permite el libre movimiento a periodistas, representantes de otros países ni invitados.