De campaña en Nueva York, una broma racista puso en aprietos a Hillary Clinton

A días de unos comicios clave, la candidata demócrata participó en un sketch junto al alcalde Bill de Blasio y el actor afroamericano Leslie Odom Jr. Pero un comentario de mal gusto incomodó a la audiencia

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La precandidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, se vio envuelta en una broma racista junto al alcalde de Nueva York cuando participaba en un evento de cara a las primarias que se celebrarán en ese estado el 19 de abril.

El sábado pasado por la noche, la ex secretaria de Estado concurrió a un encuentro con vecinos y el alcalde Bill de Blasio para ganar simpatizantes, pero las cosas no le salieron como las había planeado. Es que la ex primera dama quedó involucrada en chiste con tinte racista que desató la polémica.

A días de unos comicios clave, la candidata demócrata participó en un sketch junto al alcalde Bill de Blasio y el actor afroamericano Leslie Odom Jr. Pero un comentario de mal gusto incomodó a la audiencia

Los políticos se unieron al actor Leslie Odom Jr. en un pequeño sketch con el objetivo de entretener al público. El momento incómodo surgió cuando Clinton le agradeció al alcalde De Blasio su apoyo en las primarias, pero advirtió que ese apoyo "tardó en llegar".

"Perdón, Hillary. Estaba en tiempo P.C. (C. P. time, en inglés)", dijo el neoyorquino en alusión al estereotipo "Tiempo de Persona de Color", lo que generó descontento entre la audiencia. La expresión es utilizada para referirse a la supuesta impuntualidad de las personas de color.

Entonces, el tercero en escena, el actor afroamericano, interrumpió el diálogo entre los políticos y acotó: "No me gustan ese tipo de bromas".

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Pero Hillary, que no pudo evitar mostrar su incomodidad, trató de salvarlo al instante e hizo un juego de palabras para aclarar: "Tiempo de políticos cautelosos. Sé a lo que te refieres".

Los comicios de la semana que viene en Nueva York se han convertido en una jornada clave para la carrera a la Casa Blanca. La batalla será difícil. Ninguno de los aspirantes demócratas o republicanos corre como claro favorito, por lo que los posibles resultados de la fecha aún son una incógnita.