Yonatan Peres: "La paz hay que hacerla con el enemigo, no con los amigos"

El hijo de Shimon Peres, ex jefe de Estado de Israel, conversó con Infobae sobre su dura infancia y las enseñanzas de vida que recibió del Premio Nobel de la Paz

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 Adrián Escandar 163
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Yonatan Peres, conocido por su entorno como "Yoni", vivió en carne propia lo que implica ser hijo de un ex jede de Estado reconocido mundialmente. Aunque destacó la filosofía de vida y la contribución de su padre por la paz de Israel y del mundo, el veterinario israelí aseguró que "fue muy duro ser el hijo de Shimon Peres".

En el marco de su visita a Buenos Aires para recibir en nombre de su padre el Premio "Aportes a la Paz en el Mundo", otorgado por la Editorial Taeda y la Revista DEF, "Yoni" recordó aquellos años de su infancia en los que añoraba tener una vida semejante a la de sus compañeros de escuela.

"De chico me daba cuenta que tenía una vida diferente a la de otros niños. Él estaba muy ausente, trabajando todo el tiempo, viajando principalmente a Francia y luego a Estados Unidos", contó a Infobae.

"Yo estaba un poco celoso de mis amigos, porque jugaban al futbol con sus padres, hacían picnics... Pero luego entendí que todo era porque mi padre contribuía para la seguridad e integridad del país", agregó.

En toda la charla el hijo del ex presidente de Israel y Premio Nobel de la Paz destacó el rol que tuvo su madre Sonia Gelman para cuidar de sus hijos y saber sobrellevar todo lo que rodeaba a la vida de uno de los políticos más reconocidos del país.

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"De ella aprendí los valores de justicia social, generosidad, humildad, y ver al otro por igual", apuntó.

Aunque tal vez podía tener acceso a lugares de privilegio, e incluso aspirar a seguir una carrera política de la mano de su padre, "Yoni" jamás pensó en esa posibilidad. "Nunca se me ocurrió. Soy muy sensible para ser político", reconoció entre risas.

Al igual que su madre, nunca se vio deslumbrado por las cámaras ni tentado por las oportunidades que se le podían abrir por ser "el hijo de...". "Cuando la querian entrevistar, ella les preguntaba qué tenía de interesante".

En esa etapa de la niñez Yonatan además de sufrir la ausencia de su padre, también tuvo que aprender a convivir con las críticas: "La gente siempre ve el lado negativo de las cosas, y de chico era duro ver eso, porque yo sabía cuán comprometido estaba y cuánto contribuía para el estado de Israel".

Tampoco fue tarea sencilla "crecer en la sombra" de una personalidad como Shimon Peres. "De chico muchas veces me preguntaba por qué todos no me relacionaban como 'Yoni', en lugar de 'el hijo de...'". "Me molestaba mucho".

"Y cuando trasciendes en algo, hay quienes piensan que lo lograste por 'contactos'. Y cuando haces algo no tan exitoso, dicen que sos una vergüenza", añadió.

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No obstante, "Yoni" aprendió con el paso del tiempo a manejar todo eso que años atrás tanto daño le hacía. Pero eso lo logró gracias al "apoyo incondicional" de sus padres.

Hoy, habiendo realizado una carrera exitosa en el mundo de la veterinaria, el hijo de Shimon Peres agradece todo lo vivido y destaca las enseñanzas de su padre. Una de ellas es dejar de mirar atrás para proyectar a futuro. "Una fase de mi padre que siempre repito".

La otra: "Cinco minutos antes del final todo parece estar terminado, pero las cosas pueden cambiar en esos últimos cinco minutos".

Yonatan consideró que esta filosofía de vida de Shimon Peres se vio reflejada en su constante intento de lograr la paz entre Israel y Palestina.

Tal es así que en 1994 recibió el Premio Nobel de la Paz por ser uno de los líderes del proceso de Oslo, una serie de negociaciones entre israelíes y palestinos que llevó a un acuerdo de paz. En ese entonces era ministro de Asuntos Exteriores de Isaac Rabin, quien también recibió el galardón, al igual que Yasser Arafat, ex presidente de la Autoridad Nacional Palestina.

"Hay que alcanzar la paz no sólo en Israel, sino también en el mundo"

"Imaginate sentado con líderes terroristas, cuando sabes cuántos judíos murieron por esta gente, y tienes que estrechar tu mano con ellos", señaló el doctor Peres. "Eso demuestra la grandeza de gente que puede perdonar y sentarse a conversar".

"Mi padre siempre me dijo que la paz hay que hacerla con el enemigo, no con los amigos", adhirió.

Frente a la actual ola de ataques terroristas que enfrenta Israel, Yonatan sostuvo que hay que "encontrar la manera de alcanzar la paz. No sólo en Israel, en todo el mundo".


Su carrera profesional, lejos de la política

"Nací con el amor hacia los animales". Así se refirió Yonatan al explicar por qué decidió ser veterinario.

Y aclaró: "Mi padre no tuvo influencia en mi carrera, vengo de una casa muy liberal. Nunca me presionaron a hacer una cosa o la otra".

El doctor Peres finalizó sus estudios en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1989, y luego realizó su residencia en Estados Unidos, una especialización en cirugía de mascotas, en la Universidad de Pensylvania.

Al regresar a Israel fue médico y docente en el Hospital Veterinario de la Universidad de Beit Dagan, y en el año 2004 fundó el Hospital Veterinario en Kfar Hayarok, hasta que lo vendió dos meses atrás.

Entre 1999 y 2002, por su parte, trabajó en la implementación y entrenamiento de perros lazarillos.