Ronald Wayne, quien actualmente tiene 81 años, vive en una casa modesta en el humilde municipio de Pahrump, Nevada, lejos de los lujos y comodidades que sus compañeros han tenido y tienen. Sin embargo, su colaboración fue clave para la creación de Apple Inc.
A los 41 años, conoció a un joven y ambicioso Steve Jobs en la histórica Atari y, según él mismo cuenta, éste siempre le pedía consejos para todo. Le consultaba sobre ideas de negocios o creaciones que tenía en mente, buscando la templanza y veteranía de un hombre con experiencia.
Fue Wayne quien, a pedido de Jobs, tuvo que convencer a Wozniak de que entre los tres fundaran Apple.
Por aquellos años, a Wozniak sólo le interesaba hacer cosas que le divertían, y Steve no era capaz de persuadirlo para crear la compañía. Fue así que Wayne quedó a cargo de hacerlo, y en su apartamento en 45 minutos cambió todo: Wozniak entendió el concepto y Jobs dijo: "Vamos a crear una compañía, será Apple".
Jobs y Wozniak tendrían cada uno un 45 por ciento y Wayne el diez por ciento restante, con la obligación de poner orden y razón en caso de disputas internas.
Menos de dos semanas después, Wayne vendió por 1.500 dólares sus acciones, que hoy valdrían aproximadamente 60 mil millones. Aun así, no se arrepiente.
Se marchó aportando el que fue el primer logo de Apple: Isaac Newton sentado bajo un manzano, logo que Jobs descartaría más tarde.