El mensaje de Ted Cruz al Partido Republicano: "Pueden confiar en mí"

No se supone que Ted Cruz deba llevarse bien con el establishment.

Hace poco más de un año, Cruz anunció su campaña presidencial y fue casi universalmente rechazado por sus colegas del Senado. Hace tres meses, los republicanos prominentes se ensañaron abiertamente contra él. Hace seis semanas, el senador republicano Lindsey Graham bromeó: "Si usted matara a Ted Cruz en el recinto del Senado, y el juicio se hiciera en el Senado, nadie lo condenaría". No sólo no les gusta Cruz. Lo odian.

Pero el martes, en Milwaukee después de una victoria decisiva en Wisconsin que le iba a dar decenas de delegados y que limita a Donald Trump a sólo un puñado, Cruz parecía querer asegurar a sus compañeros republicanos: "Usted puede confiar en mí. Voy a unir a nuestra gente".

Dijo alguna versión de la palabra "unir" varias veces.

Eso podría ser difícil de vender a algunos de los jefes más experimentados en el partido. Muchos de ellos todavía ven a Cruz como el tipo que bloqueó el presupuesto del gobierno en 2013 en un intento de luchar contra la ley de protección asequible. Lo ven más como un temerario, un obstruccionista ultraconservador. Cruz entró en las asambleas de Iowa con un total de cero respaldo de sus colegas del Congreso.

En un momento dado, Graham dijo que escoger entre Cruz y Trump sería como elegir entre ser "disparado o envenenado", lo que implica que cada uno sería tan mal candidato presidencial como el otro.

¿Qué cambió? ¿Por qué hay de repente una opción más clara? Incluso Graham, el espíritu anti-Trump del Partido Republicano, está recaudando un poco de fondos para Cruz en estos días.

La aparente e inexorable marcha de Trump hacia la nominación se está moviendo en abril, y el otro candidato, John Kasich, no parece ser un factor determinante (que ha ganado un estado). El ala del Partido Republicano que quiere detener a Trump seriamente de repente ve a Cruz como un poco más agradable al paladar.

Y Cruz quiere ser el candidato presidencial republicano. Pero su única posibilidad real es impedir que Trump llegue a los 1.237 delegados necesarios para bloquear la nominación antes de la Convención Nacional Republicana de julio en Cleveland, y convencer a los delegados para cambiar sus votos a él en las votaciones siguientes.

Eso significa que es hora de que Cruz llegue a la élite del Partido Republicano. Empezó el martes por la noche.