Los porteños son los más infelices del país

Un trabajo universitario reveló que los habitantes de CABA tienen una vida menos satisfactoria con respecto a los de otras grandes urbes del país. Los detalles

Compartir
Compartir articulo
 DYN 162
DYN 162

Vivir en una gran ciudad puede ser agotador por múltiples razones. A pesar de tener diferentes oportunidades, estas no llegan a abarcar los sueños de sus habitantes. Un estudio realizado por la Universidad Siglo 21 a más de 1000 trabajadores argentinos reveló las diferencias entre los pobladores de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) con respecto a los de las otras grandes metrópolis del país.


"En las metrópolis hay mucho más narcisismo que en otros lugares. Esta especie de autismo, donde cada uno hace la suya, empobrece la vida social, la posibilidad de compartir con el otro y eso disminuye el nivel de felicidad", explicó a Infobae el psicólogo y escritor Gervasio Díaz Castelli.


Según la investigación, Capital Federal y Córdoba fueron las ciudades que obtuvieron los puntajes más bajos en relación a la satisfacción con la vida; además en CABA se observaron los valores más bajos de "orgullo por el trabajo", seguida de Rosario, Mendoza y Córdoba.



"Si bien el tema 'vivir bien y sentirse bien' es milenario, sólo en las últimas décadas se ha convertido en objeto de interés científico. Aunque en lo cotidiano utilizamos diferentes definiciones para hablar de 'felicidad', la investigación científica contemporánea acuerda en que posee dos componentes: uno 'hedónico', caracterizado por el nivel de emociones positivas que experimenta una persona, y otro 'eudomónico', el cual plantea que se relaciona con la búsqueda de la autorrealización personal", explicó Leonardo Medrano, líder de la investigación.


El trabajo reveló que los porteños están en un 68% en desacuerdo con la afirmación "Me siento satisfecho con la vida", mientras que los cordobeses lo hicieron en un 64,7%. El podio del inconformismo lo completaron los mendocinos, con un 63,7; seguidos por los rosarinos (63,2%). Mientras tanto, los ciudadanos de San Miguel de Tucumán expresaron un 59,8% de "infelicidad".


"Hay un punto fundamental. Las grandes ciudades tiene un misticismo en la gente, como que son los lugares para buscar una realización personal, donde existen posibilidades de encontrar una multiplicidad de oportunidades, pero esto no siempre es así", agregó el especialista.



En otro de los resultados se encontró que la experiencia subjetiva en el trabajo (como el nivel de orgullo por el trabajo y el nivel de agotamiento que este genera) explican un 23% de la satisfacción con la vida. Además, la cantidad de horas de ocio tampoco son condicionantes significativo de la sensación de "satisfacción vital".


"La gran ciudad da mucho, pero frustra mucho también".

"Cuando el trabajo lleva mucho tiempo deja de ser una fuente de placer y si no hay pasión, esto también se convierte en una fuente de frustración. En las grandes ciudades mucha gente trabaja de lo que puede, de cosas que no soñaban o para las que no estudiaron, para lo que no están preparados y eso es un gran condicionante del estado de ánimo", dijo Díaz Castelli.


Por su parte, Medrano agregó: "La felicidad de una persona no se restringe a la frecuencia de experiencias placenteras, sino que una vida plena se caracteriza por la búsqueda del crecimiento personal".



Además, de la investigación reveló que el sexo y la edad no son factores asociados al nivel de felicidad, y que la conformidad con el dinero explica solamente un 7% de la satisfacción general con la vida. "La autorrealización está relacionada con el deseo, con la pasión. Cuando estas sensaciones se ven frustradas por no tener el trabajo para el que se estudió -por ejemplo-, este trabajo se convierte en un lugar vacío de sentido y allí se vive una gran frustración".


En el trabajo "Felicidad y Trabajo", los encuestados contestaron cuáles son los factores más asociados a la satisfacción con la vida, a través del test SWLS (Satisfaction With Life Scale) desarrollado por el profesor Ed Diener de la Universidad de Minnesota, EEUU, y que en la actualidad es el método más utilizado para medir el bienestar en el planeta.