Como jugador y entrenador, Johan Cruyff fue el transformador del Barcelona. El hombre que mostró en el campo de juego un estilo innovador y supo traducírselo a sus dirigidos desde una pizarra. Logró que el Blaugrana se convierta en una verdadera potencia mundial con una idiosincrasia destacada en todos los recovecos del planeta.
Dos títulos en el campo de juego y otros once en el banco de suplentes le bastaron para ser una gloria. Aunque los méritos de Cruyff por Cataluña se calculan en otra medida tan intangible como indeleble. Su filosofía se respira por el club y por eso los hinchas están convencidos de realizar un homenaje a ese hombre revolucionario.
Rápidamente luego de su muerte, los fanáticos barcelonistas comenzaron en las redes sociales una campaña para cambiarle el nombre al Camp Nou y que se pase a llamar Johan Cruyff. Cabe destacar que el estadio del Barcelona fue denominado inicialmente como Estadio del Club de Fútbol Barcelona cuando se inauguró en 1957. El apodo Camp Nou fue ganando popularidad hasta que en 2001, por intermedio de una consulta a los socios, tomó ese nombre como denominación oficial.