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Con el brazo vendado, la camiseta sucia y un gesto de tristeza en el rostro, un niño que no parece superar los 15 años sujeta un cartel escrito en negro y rojo con el siguiente lema: "Lo siento por Bruselas".
La imagen fue captada apenas horas después del atentado terrorista que dejó 34 muertos y cientos de heridos en la capital belga, tras una serie de explosiones en el aeropuerto y en el metro de la ciudad, que fueron reivindicadas por el grupo Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
El niño se encuentra en el campamento de refugiados de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia, donde miles de personas como él esperan seguir su ruta y conseguir el tan deseado asilo en la Unión Europea.
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Es que las víctimas de los atentados del martes y los cientos de miles de personas que arriesgan sus vidas para llegar a Europa huyen del mismo enemigo: el terror.
Son conocidas las atrocidades que viven a diario los ciudadanos sirios e iraquíes en los territorios bajo control del ISIS. Desde el cobro arbitrario de impuestos, pasando por abusos de todo tipo, hasta decapitaciones, dilapidaciones y azotes.
Siria es el país que más desplazados ha generado como consecuencia de la guerra civil que golpea al país desde hace 5 años: se calcula que unos 5 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares huyendo de la violencia tanto de ISIS como del régimen de Bashar al Assad.
La imagen del joven sirio fue tomada por el fotógrafo de Reuters Fedja Grulovic y se ha convertido en todo un fenómeno viral en las redes sociales.