Mimi Pons: "Las mujeres con hombres más jóvenes hacen el ridículo"

En diálogo con Infobae, la actriz recuerda a su hermana Norma a casi dos años de su muerte, su paso por Showmatch y la vida sin un hombre al lado. "Me quiero mucho como para el touch and go", asegura

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—Ay, no (risas), me parece que las voy a asegurar, porque están gustando mucho a varios empresarios.

—No, a mí no me mira nadie. Empresarios teatrales, porque es su negocio. Soy una persona mayor ubicada en su edad. Yo trabajo y del trabajo me voy a mi casa, no frecuento reuniones, no conozco gente.

—Hace veinte años. Si tuviera otra vida, me volvería a casar con él. A veces me dicen: "No rehiciste tu vida". Es difícil, porque como tuve la mejor persona, tendría que encontrar algo igual o mejor. No menos, porque no estoy acostumbrada a tener menos.

—Nadie se enamoró de mí tampoco. Era muy joven cuando falleció Alberto, tenía 45 años y dos chicos, nunca se me ocurrió pensar eso. Después, a medida que pasaron los años, no se dio tampoco.

—No, no, no, no. Me quiero mucho como para hacer eso. Me quedé en mi época, soy muy antigua en la forma de pensar. Si ahora tuviera que enamorarme de alguien, no sabría cómo hacerlo. No soy la que era antes, era una burbuja de champagne.

—Sí, y después vinieron otras muertes, como la de papá, la de mamá y por sobre todas las cosas, mi hermana. No creo que nadie me haya querido más en la vida que ella, ni me haya protegido tanto como lo hacía ella.

—Todo. Extraño las peleas. Extraño los consejos. Extraño las conversaciones que teníamos. Es muy raro todo lo que sucedió. Lógico que uno no está para siempre, a la larga unos antes, otros después, pero todos dejamos de existir. Pero en Norma fue algo tan diferente, es como que se fue despidiendo de todos. Ella siempre hacía cosas, terminaba un trabajo y ya estaba pensando en hacer otro, de planificar cosas. Y planificó su muerte, murió en el momento en el que tenía que morir.

—Cuando falleció Norma nadie se comunicó conmigo. ¿Porque sabés lo que pasa? Esta profesión es tu trabajo, vos no venís a buscar amigos, son compañeros de trabajo. Tampoco tienen la obligación de llamarme. Los que realmente quisieron a Norma estuvieron presentes en el velatorio, cuando la velamos en la Legislatura porteña.

—Yo creo que sí, porque creo que se reencarnó en mí. Soy mitad Mimí, mitad Norma trabajando. Tengo la fuerza que tenía mi hermana.

—Sé que existe, no hay que tenerle miedo, porque tarde o temprano te va a pasar. Me gustaría tener una muerte con dignidad y no estar sola. Le tengo un poco de miedo a la muerte en soledad. No creo que haya una mejor muerte, el dolor está, hay un dolor de la muerte. No es que cerrás y ya, sería fantástico dormir: te quedás dormido y ya te moriste. No, debe haber un dolor intensamente fuerte antes de morir. Eso es a lo que le tengo un poco de miedo, al dolor. Nada más.

—Cuando una es católica, hay que decir que uno cree en la reencarnación. Pero si hay una reencarnación, no voy a ser yo, seré otra persona, pero no me voy a acordar de mí. No sé. Yo no creo que pase nada. Hay que vivir el hoy, hay que ser feliz hoy, mañana es otro día.

—No sé lo que le pasó a él. Si Norma no lo dijo, no soy quién para decirlo, la respeto. Según ella, él le hizo un daño muy grande que ni él sabe lo que le hizo. Nunca tuvieron un sí ni un no, directamente Norma no le atendió el teléfono y dijo: "Nunca más" y fue nunca más. Y él nada, qué sé yo, no le importa nada.

—¿Gasalla? No, ni hablar, para nada, no.

—No hay algo más lindo en el mundo que eso. El amor del hombre y la mujer es el placer más grande y es el mejor invento que tuvo la vida. Amo a los hombres por sobre todas las cosas, soy antifeminista, a lo mejor también me cuesta entregarme. Me gusta mucho el hombre con poder, no significa un hombre con dinero: mi marido tenía mucho poder y no tenía mucho dinero. Me gusta el hombre interesante, el hombre que se impone, si no, no vale la pena. No saldría con un hombre al que le llevara un año, por ejemplo, de diferencia. Tiene que tener mi edad o más que yo. Los jóvenes no me gustan, veo a muchas mujeres, pero me parece ridículo. Hacen el ridículo. Será que a mí siempre me gustó ser alumna, no profesora.

—Ay, no, así le fue también. No, no duran. Pueden disfrutar, pero a la larga están siempre solas.

—Los culpables son los periodistas, los productores. El pueblo no tiene nada que ver. Se defienden diciendo: "Es lo que el público quiere", no, no es lo que el público quiere. Al público no le queda otra que escuchar y ver eso y ya se acostumbró a saber la vida de los demás. Eso es lo que le está ofreciendo la televisión. Se impusieron en su casa y tienen que escuchar barbaridades, como también en la protección del menor se dicen palabras horrorosas que ningún niño tendría que escuchar. Yo voy mucho a Estados Unidos, porque vive mi hijo allá y no existe. Dicen que tenemos la mejor televisión, mentira, para mí es la peor. No hay artistas, duran un año, todos los años cambian, te usan y te tiran. Como dice Moria [Casán], que a la larga tiene razón, son todos descartables. Son chicas descartables, que hoy están y mañana no están. Todas porque quieren ir a un Bailando..., y es muy difícil estar ahí, no es joda. Tal vez es la mejor bailarina del mundo, pero tampoco sirve, tiene que tener escándalo, si no, no le importa a Ideas del Sur el talento que uno pueda tener. Yo también pregunto, yo no le conozco la vida personal a ningún periodista. ¿Y cuando hablan de nosotros qué pasa? Un día le hicieron una nota a Sofía Loren y dijo algo maravilloso: "Esos periodistas me dan mucha lástima, porque llevan el bocado para su hijo, la comida a sus casas, hablando mal de otras personas que son como ellos". A mí esa gente me da lástima que gane dinero hablando mal de los demás. Todos los periodistas estos ganan mucho dinero, porque ganan fortunas, a costilla nuestra. Al final hablan de una corrupción política y también todos los periodistas son corruptos, porque están viviendo de nosotros y eso es lo que me molesta.

—Hay muchas chicas que quieren estar en el medio, que son las que estudian realmente, que se matan estudiando danza, arte escénico y, sin embargo, no las convocan. ¿Por qué? Justamente porque quieren que las convoquen a hablar del arte, de lo que saben hacer, de que saben que pueden llegar a ser unas grandes actrices. Y a ellos no les importa. No es que las chicas se exponen. Si no, no te llaman. Si vos no hablás de sexo o "Mi pareja me pegó" o "Me roció con alcohol y después me quiso prender fuego"; eso es lo que a ellos les gusta y no es lo que le gusta a la gente, es lo que ellos le dan a la gente. Porque un año no estuvo [Marcelo] Tinelli y la gente no dejó de ver televisión porque no estaba Tinelli, tampoco se volvió loca porque no estaba el programa de Tinelli. Ni cuando no está Susana Giménez o no está Mirta Legrand. Cuando están, es lindo, porque son programas dignos de ver, el de Susana como el de Mirta Legrand, que la amo y la admiro profundamente.

—Fue un momento de mucha bronca, después lo analicé. Dije bastantes barbaridades, pero en ese momento no me di cuenta. Ellos no son culpables de nada, yo acepté y punto. Cuando me convocaron, yo estaba velando a mi hermana. Fui para homenajearla a Norma, no sabía que ellos iban a su juego. La vida sigue, no se va a paralizar el mundo porque mi hermana falleció; yo pensaba que sí, pero no es así. A ellos lo que les interesa mucho es la previa con Tinelli y yo no lo sé hacer. No sé lo que es ser mediática, porque mi vida siempre ha sido maravillosa, no tuve problemas en mi vida como para ir a contar mis asuntos personales. Lo que yo podría hacer y entiendo muchísimo, que tampoco, porque sé que no me van a contratar, porque es como que me prohibieron la entrada, es ser jurado. Yo lo admiro muchísimo a Marcelo. No tendría que haber ido, nada más.