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En el José Dellagiovanna, Tigre y Huracán disputaron el partido correspondiente a la segunda fecha del Grupo 2 del campeonato doméstico, que había sido suspendido por el accidente que sufrió el plantel porteño en su visita a Venezuela.
La calidad de Daniel Montenegro fue la herramienta que empleó el Globo para establecer la primera diferencia. El Rolfi se adueño de una pelota y la puso contra un palo. Los esfuerzos de Javier García por desviar el remate del ídolo quemero aportaron una cuota de espectacularidad a la conquista.
La respuesta llegó después de una efectiva pared construida entre Sebastián Rincón y Jorge Rodríguez. El notable circuito ofensivo dejó de rodillas a Marcos Díaz, para que el empate vuelva a reinar en el norte del conurbano bonaerense.
Los problemas en Mauro Camoranesi no sólo se basaron en las lesiones de Lucas Wilchez y Lucas Pittinari, sino que las proyecciones de Cristian Espinoza le generaban una preocupación enorme al sector derecho de su defensa. Así, un preciso centro del atacante con pasado en la Selección Sub 20 encontró a Ramón Ábila para que Wanchope le deje servido el gol a Mariano González. Por el oportunismo del ex Racing, los de Parque Patricios volvieron a golpear al dueño de casa, que terminó con diez por la expulsión de Kevin Itabel.
Por la inteligencia del planteo de Eduardo Domínguez Huracán volvió a sumar de a tres y se ilusiona con dar pelea en los dos frentes. En cambio, el nuevo golpe recibido volvió a dejar al ex campeón del mundo en la cuerda floja. La cuenta para que se establezca el nocaut en la continuidad del inexperto entrenador depende de la paciencia de los directivos de Tigre.
Por Fernando Taveira – ftaveira@infobae.com