Los siete ciudadanos de Siria e Irak fueron arrestados a fines del año pasado. Dos cayeron cuando estaban por abordar un barco que los iba a llevar desde Puerto Madero a Colonia, Uruguay, y el resto fue arrestado en un hotel de Monstserrat.
Al parecer, habían salido de sus países rumbo a Turquía, desde donde volaron a Brasil y de ahí a la Ciudad de Buenos Aires. Ingresaron a través del Aeroparque Jorge Newbery con documentos griegos. El juez federal Luis Rodríguez los procesó con prisión preventiva y la Cámara del Crimen confirmó esa decisión.
Ahora la Sala IV de la Cámara de Casación, integrada por los jueces Juan Carlos Gemignani, Gustavo Hornos y Mariano Hernán Borinsky, desestimó la apelación de la defensa, por lo que la sentencia quedó firme.
Rodríguez también ordenó en su momento la detención del turco Irahim Dehioglu, quien se cree que era el enlace local de la red que trajo a los sirios al país. Se cree que se trata de una banda internacional, con contactos en varios países. También hubo arrestos en Honduras vinculados a la causa.
Los sirios detenidos, Hayam Kirete Silo Al Rasho, Baybon Kiret Silo Al Rasho, Chiman Kiret Silo, Faten Naser, Raeff Atallah, Admon Al Saed y George Takla, alegaron que son católicos que escaparon de la violencia política en la que están sumergidos sus países de origen. Por lo pronto, van camino al juicio oral y seguirán presos hasta ese momento.