España agrava su crisis y se prepara para nuevas elecciones

Tras el fracaso de Pedro Sánchez en su intento de formar gobierno, sólo un giro de 180 grados podría evitar que se repitan los comicios por primera vez en la historia reciente del país

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 EFE 163
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El viernes 4 de marzo por la noche, España se resignó ante lo inevitable. Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), presentó por segunda vez en 48 horas su propuesta de gobierno, sustentada en una coalición con Albert Rivera, el partido de centro-derecha Ciudadanos (C's). El resultado fue el mismo que el miércoles: 131 votos a favor y 219 en contra.

Bastaba con que se abstuviera parte de la bancada del oficialista Partido Popular (PP), o del populista de izquierda Podemos, para que Sánchez fuera investido. Pero ambos polos del espectro ideológico coincidieron en su rotundo rechazo al acuerdo.

Ahora la clase política española tiene exactamente dos meses, hasta el 3 de mayo, para presentar una nueva propuesta con posibilidades de formar gobierno. En caso de que todos insistan en la intransigencia que sostuvieron hasta el momento, ese mismo día se convocará a elecciones generales. Su resultado es incierto. La única certeza parece ser que la crisis política se profundizará.

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La estrategia de Sánchez y el PSOE

"Sánchez se lanzó a un pacto con C's, sabiendo que no iba a salir investido, por el coste de acordar con Podemos, que le exigía contraprestaciones muy altas. Entonces, fue una forma de mostrar predisposición para pactar con otros partidos", explicó Gema Sánchez Medero, profesora de ciencia política de la Universidad Complutense de Madrid, consultada por Infobae.

Efectivamente, la matemática indicaba que era casi imposible formar gobierno con C's, porque entre los dos sumaban apenas 130 diputados, lejos de los 176 necesarios. Una alianza con Podemos le habría permitido al PSOE llegar a 159, bastante más cerca. Pero el partido de Pablo Iglesias le exigía importantes ministerios a cambio. Además, sus propuestas radicales, y favorables a que las regiones realicen referéndums para decidir su continuidad o su secesión de España, espantan a la jerarquía socialista.

"Sánchez se lanzó a un pacto con C's, sabiendo que no iba a salir investido, por el coste de acordar con Podemos"

También hay que tener en cuenta el frente interno que tiene Sánchez en el PSOE, donde es muy resistido por los líderes regionales. "Es un punto importante. Cuando se realizaron las elecciones su liderazgo se vio muy discutido. Hay nuevas facciones y otros dirigentes le compiten. Entonces, él quería mantener la Secretaría General del partido, y para eso se apuró en presentar su investidura", dijo a Infobae la politóloga Mélany Barragán, profesora de la Universidad de Salamanca.

"Al asumir esta tarea ha mejorado su valoración como líder ante la opinión pública y sus probabilidades de sobrevivir dentro del partido. Sánchez ha logrado parcialmente convertir un mal resultado electoral en un rédito político. No haber intentado formar gobierno y negociar con los diferentes partidos lo habría dejado en una situación de debilidad ante su partido y ante el electorado", aseguró Leticia Ruiz Rodríguez, profesora de ciencia política de la Universidad Complutense de Madrid, en diálogo con Infobae.

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Mariano Rajoy contra todos

"Es un líder muy desgastado —dijo Barragán—, al que le costó mucho llegar a la presidencia. Gobernó en un período de crisis, adoptó medidas impopulares y siempre estuvo poco abierto al diálogo, porque tenía mayorías absolutas en las cámaras. Ahora se mantuvo en esa misma postura, apelando a su única base de legitimidad: haber sido la lista más votada. Así logró que todas las otras fuerzas coinciden en apartar al PP. Ha sido un error estratégico".

Al ver que no iba a poder llegar a un acuerdo con ningún otro partido en las condiciones que él quería, el Presidente pasó a una postura defensiva. Cuando el rey Felipe VI le ofreció ser el primero en formar gobierno —lo que le correspondía por ser el candidato más votado— declinó la oferta y le cedió el lugar a Sánchez, pero sin bajarse de la pelea.

"Rajoy logró que todas las otras fuerzas coinciden en apartar al PP"

"Rajoy hizo las cuentas y vio que con los votos de C's no podía salir investido. Como el PSOE se cerró y le dijo que no a una gran coalición, creyó que para obligarlo a sentarse a negociar tenía que hacerlo fracasar en su intento. Así aminora su propio fracaso, que habría sido más claro si se presentaba ante el Congreso. La estrategia ahora será volver a intentar un acuerdo con ambas fuerzas, pero no creo que llegue a buen puerto", dijo Sánchez Medero.

Para María Montserrat Herrero, profesora de filosofía moral y política de la Universidad de Navarra, a Rajoy no le quedaban muchas alternativas, y difícilmente podría haber intentado otra cosa. "Es su estrategia habitual de dejar que pasen las cosas e intentar hacer una buena última jugada —dijo a Infobae—, como en el ajedrez. Me parece inteligente en un caso de aislamiento total, pues los partidos progresistas han hecho de él un chivo expiatorio. La política de alianza del progresismo se basa en un solo argumento: echar a Rajoy. No es que tengan nada en común, simplemente quieren el poder. A él sólo le queda esperar que se maten entre ellos a palos. No sé si puede hacer mucho más".

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Volver a votar

"Hay dos factores que podrían ayudar a la generación de un acuerdo que impida las elecciones —dijo Ruiz Rodríguez—. El primero es un cambio en los candidatos a la investidura, algo que afecta especialmente al PP por las posibilidades de negociar bajo otro liderazgo que no sea el de Rajoy. El segundo sería que se diera un cambio en el contenido del programa del pacto, si atendemos a las razones que dieron Podemos, Izquierda Unida y partidos afines para no haber apoyado ahora al PSOE. Una de las piezas de difícil encaje es la cuestión territorial: ¿cómo casar las peticiones de referéndum de unos con las negativas de C's y la aparente falta de disposición al respecto del PSOE?".

De todos modos, la mayoría de los analistas coincide en que es muy difícil que se cumpla alguna de estas dos condiciones. Ni Rajoy ha dado muestras de estar dispuesto a dar un paso al costado, ni Podemos parece abierto a reducir sus pretensiones para suscribir una alianza. Todo indica que en dos meses los españoles tendrán que volver a votar.

"Seguramente habrá en las próximas semanas un nuevo intento de investidura"

"Seguramente —dijo Sánchez Medero— habrá en las próximas semanas un nuevo intento de investidura. Pero todo indica que nos encaminamos a nuevas elecciones, algo que la gente no quiere. La impresión de la ciudadanía es que no se pusieron de acuerdo por cuestiones de reparto de poder. Por eso se van a ver obligados a demostrar que harán lo posible por evitar que haya nuevos comicios, aunque no lo consigan".

¿Qué pasaría en caso de que sea necesario volver a votar? "Los resultados serán muy parejos —continuó—. Puede que una parte del electorado de C's se vuelque al PP. También podría ocurrir que el PSOE sea castigado, y que algo de ese descontento se trasvase a Podemos. Pero creo que lo máximo que puede variar es de cinco a diez escaños como mucho. No va a cambiar la aritmética parlamentaria".

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Barragán coincidió en el diagnóstico. "Si mañana se celebraran elecciones —dijo—, el mapa seguiría igual de fragmentado. Podría haber algún cambio menor, pero continuaría el bloqueo. Lo que puede dar mayor volatilidad es que C's y Podemos aún no tienen una base electoral sólida. Pero aún así, los cambios no serán sustantivos".

¿El PSOE y C's podrán explotar en una eventual votación haber sido los únicos que intentaron formar gobierno? "Lógicamente, la firma del pacto deja ante el electorado la imagen de partidos moderados y capaces de consensuar. Sin embargo, la polarización ideológica es tal que no está claro que la moderación sea necesariamente decisiva en términos electorales", consideró Ruiz Rodríguez.

"Si mañana se celebraran elecciones, el mapa seguiría igual de fragmentado"

Herrero coincidió con esta última apreciación: la balanza se inclina más hacia los extremos que hacia el centro. "Sin dudas, esto favorece al PP, porque han hecho de él el gran mártir de la situación, y es el único que ha sido claro durante todo el proceso. Y también a Podemos, que ha hecho más o menos lo mismo: mantenerse en su posición".

No obstante, incluso aunque consiga robarle todos los escaños a C's, al PP no le alcanzará para gobernar solo. Con lo cual, todo volverá a depender de la negociación política, un concepto que parece inexistente en el vocabulario de la dirigencia española actual. Así, la disyuntiva seguirá siendo la misma, una alianza de izquierda entre PSOE, Podemos y fuerzas menores, o un gran pacto nacional entre los dos partidos históricos.

"Un gobierno de izquierda sería más inestable y, probablemente, de corta duración. El PP tiene mayoría absoluta en el Senado, lo que le permitiría rechazar cada ley que apruebe el Congreso. Eso retrasaría mucho la acción de gobierno y haría todo muy trabado. Lo mejor sería una coalición entre el PSOE y el PP, pero estando Sánchez y Rajoy a la cabeza es imposible. Si ambos partidos cambiaran de candidatos quizás sí podría haber un acercamiento", concluyó Sánchez Medero.