Habló Fein: "Por mi honor, no me voy a ir"

La fiscal del caso Nisman rompió el silencio tras la denuncia penal de la jueza Palmaghini. Las líneas de investigación que quedaron inconclusas

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 Rodrigo Acevedo 162
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Es algo infrecuente ver a Viviana Fein conmovida mientras habla, con dos atados de Marlboro al costado y su vehemencia intacta, mientras dobla los codos en su escritorio de la Fiscalía Nº45 sobre la calle Tucumán. A un año de la muerte del fiscal Alberto Nisman, tras más de 50 cuerpos de expediente y más de cien testimoniales, Fein enfrenta un panorama al menos tenso: terminar casi 40 años de carrera en la Justicia con su reputación manchada ante el ojo público. Su jubilación ya había sido pedida en septiembre de 2014; de cara a la muerte de Nisman sobre su escritorio, Fein decidió seguir para instruir el expediente.

Esta semana, la denuncia penal en su contra que formuló la jueza Fabiana Palmaghini -con quien Fein tuvo una relación de respeto profesional mutuo durante años- a raíz de que el ex espía Antonio Stiuso la acusó de no incluir en su declaración de febrero de 2015 su afirmación de que a Nisman lo mataron, fue un coletazo inesperado en el pase a fuero federal de la causa, algo que promete tener una marcha al menos lenta. Gabriel Palmeiro, defensor de Diego Lagomarsino, anunció que apelará la decisión.

A Fein no le perturba que mencionen la denuncia en su contra. Su defensa al respecto es muy sencilla: "A Stiuso tras declarar se le leyó en voz alta su testimonio, en presencia de su abogado. Luego, se le dio para que la lea él mismo y la firmó en conformidad. De haber advertido una omisión, lo hubiese manifestado. Stiuso no es un lego; sabe lo que es una testimonial. Lo que no está es porque no lo dijo", aseguró la fiscal a Infobae, en un encuentro a puertas cerradas con un reducido grupo de periodistas.

Decir que su actuación en la causa Nisman estuvo bajo fuego durante todo el último año es una subestimación. Fein evoca las críticas de la jueza Arroyo Salgado y sus querellantes en sus múltiples apariciones mediáticas, con las acusaciones de vivir encerrada en una hipótesis de suicidio o el abogado Federico Casal, acusándola de demorar pruebas, entre otros puntos: "Yo tengo que mantener el decoro, en mi función debo respetar a toda persona. No miro televisión porque no quiero hacerme mala sangre. Jamás descarté ninguna hipótesis. Lo que a mí no me gusta son las difamaciones", dice desafiante.

 AP 162
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"Sentí bastante maltrato. Podría haber renunciado con una jubilación ya otorgada, me podría haber excusado por violencia moral, una figura que existe. Por mi honor, no me voy a ir. Sé quién soy yo y sé quién es mi secretario y todo mi equipo", asevera. "Hubo paréntesis no causados por mí, oposiciones a puntos de pericia, dilaciones que impidieron que la causa avanzara. Si no hubiesen pasado, me habrían permitido terminar la investigación. Hubiese podido conformar no solo a las hijas del doctor Nisman, sino a toda la sociedad".

Fein marca su postura actual con respecto al expediente, la misma que dio semanas atrás con respecto a su competencia en la causa: "Hoy, no veo ningún elemento objetivo, preciso y certero en la causa que me diga que estoy frente a un acto homicida". El dictamen del fiscal Ricardo Sáenz, que apoyó a la querella en su teoría del asesinato, tampoco la amedrenta. Lo que fue anunciado como prueba indiscutible, dice la fiscal, no puede ser considerado como tal. "La propia madre de Nisman declaró que solo el médico de Swiss Medical se asomó y miró en el baño. El médico mismo aseguró que el cuerpo presentaba rigidez; si hubiese sido movido, hubiese causado daño muscular y óseo", asegura. La propia pericia balística en Salta sobre la pistola Bersa Thunder de Lagomarsino, que dejó restos de pólvora, dice bajo firma de un ingeniero que no puede ofrecer certezas ni reproducir las condiciones del hecho. Los ejemplos son múltiples: la rectificación de los peritos Osvaldo Raffo y Julio Ravioli a su propio dictamen, entre otros ítems.

Sin embargo, dice la fiscal, "hay líneas de investigación que quedaron incompletas" luego de que la jueza Palmaghini asumió la causa. El pase a fuero federal, por otra parte, frenó el avance de la investigación,

Una de las líneas es la pista de un presunto hacker en Paraná, Entre Ríos, vinculado a un virus troyano hallado en un teléfono Motorola de Nisman, algo que detectó el área de Cibercrimen de la Policía Metropolitana. El virus hubiese permitido espiar de forma remota el contenido del aparato de Nisman si no hubiese tenido un sencillo problema: estaba diseñado para computadora, no un teléfono. El sistema Android no permitía compatibilidad.

A través de un complejo rastreo informático, llegó información que vinculaba el troyano a una dirección IP con base en Paraná. Fein pidió allanar de inmediato. En cambio, "la doctora Palmaghini pidió investigar más". La cuestión llegó a una jueza de garantías entrerriana que ejecutaría las órdenes de entrar y secuestrar máquinas y documentación; había cables de Internet de alta velocidad conectados al domicilio. Tras la llegada de la jueza al control de la investigación, la pista del posible hacker quedó trunca.

Otra línea preocupó más todavía a Fein: la extensa red de llamados entre nombres jerárquicos de la ex SIDE en la víspera del hallazgo del cadáver de Nisman en Le Parc el 18 de enero de 2015, algo que Fein califica como "llamativo, sugestivo y preocupante". La división Fraudes Bancarios de la Policía Federal se encargó del entrecruzamiento entre diversos aparatos Nextel.

La serie de contactos terminó poco antes de las 22:30, cuando Sara Garfunkel, la madre de Nisman, llegaba al departamento. Stiuso fue el primero en llamar, luego de que Nisman lo contactase sin que el ex director de Operaciones de la SIDE respondiese. Fein, luego de la primera declaración de Stiuso, contó con algo al menos revelador: la declaración de Alberto Massino, ex director de Análisis, que admitió hablar con Stiuso tras la llamada a Nisman. El ex jefe de la UFI AMIA también llamó a Massino, que le dijo a Stiuso que Nisman lo estaba buscando, que por favor le conteste. Ahí, Fein supo por qué Stiuso no contestó: "Dijo que no quería comprometer a Nisman", asegura la fiscal.

El dominó posterior de nombres es aún mayor: aparecen Fernando Pocino -que tuvo fecha para declarar en la causa este mes, algo que queda frenado ante el cambio de fuero-, y números vinculados al ex segundo de la AFI kirchnerista Juan Martín Mena y hasta el ex jefe del Ejército, César Milani. Fein no se quedó el domingo 18 en su pesquisa. Lo comparó con otros domingos a lo largo del año: nunca había ocurrido un cruce de llamados similar entre estos números. Tal como con el presunto hacker, esta pista quedó trunca. Fein apunta: "Podríamos haber llegado a testimoniales, a contradicciones. Nunca hubo un cruce similar entre estos nombres. Podríamos habernos a una conclusión, a pensar que, quizás, estaban esperando un resultado ese día".

Mientras tanto, Fein espera. La denuncia en su contra quedaría firme este próximo lunes, para ser sorteada y que un fiscal la reciba. "Falsedad ideológica e incumplimiento de los deberes de funcionario público", sería la carátula. Por otro lado, la causa Nisman enfrenta un camino de cara a la apelación de la defensa de Lagomarsino que puede ser largo. Si es que regresa al fuero de instrucción rechazada por un juez federal, la recibirá la Sala VI de la Cámara del Crimen. Y si queda otra vez en el fuero ordinario, la fiscal no sería otra que Fein misma.