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El rechazo a la presidenta brasileña, azotada por una severa crisis política y económica, se ubicó en el 64 por ciento. El 25% de los entrevistados consideró a su vez regular la gestión del gobierno, según la encuesta divulgada por el periódico Folha en su sitio web.
El sondeo coincide con otro divulgado esta semana por la firma MDA a pedido de la Confederación Nacional de Transporte (CNT), en el que la evaluación positiva de la jefa de Estado se ubicó en el 11,4 por ciento.
En marzo de 2013, según Datafolha, la popularidad de Rousseff llegó a un pico de 65 por ciento. Y luego de ubicarse en 42% en diciembre de 2014 cayó en picada en medio del escándalo en la petrolera estatal Petrobras, en el cual se reveló un oscuro sistema de fraudes para financiar la actividad política, que golpeó de lleno al gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
En agosto pasado, la aprobación al desempeño de la administración de Dilma Rousseff alcanzó un mínimo histórico del 8 por ciento.
La encuesta fue realizada entre el 24 y 25 de febrero pasados, justo después de la detención de João Santana, el publicista responsable de las campañas de Rousseff y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010). A Santana se lo acusa de haber recibir pagos en el extranjero que provendrían de sobornos en la petrolera.
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El 60% de los encuestados se mostró a favor de que el Congreso apruebe el pedido de juicio político de Rousseff, y el 58% opinó que debe renunciar en medio de estos escándalos.
La trama de sobornos recibidos por directivos de Petrobras para distribuir lo recaudado entre los políticos que los habían designado coincidió con un veloz deterioro económico, que podría llevar a la séptima economía del mundo a su primer bienio recesivo desde la década del 30.
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Según cálculos oficiales actualizados, la economía nacional terminará 2016 con una caída de entre 3,7% y 4,1%, y un desempleo de 6,8 por ciento.
Y aunque el 80% de los encuestados consideró que la economía del país empeoró, 43% espera que su situación financiera personal mejorará.