Elecciones FIFA: Salman Bin Ebrahim Al-Khalifa, entre acusaciones de tortura y la "unidad" en el fútbol

El millonario jeque de Bahrein contó con el apoyo de Asia y de África, el continente con más votos. Pero a la vez cargó con denuncias por violar los DDHH de personas a favor de la democracia en su país

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 Reuters 163
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El jeque bahreiní Salman Bin Ebrahim Al Khalifa siempre manifestó su apoyo a Michel Platini. Lo hizo sin mostrar aspiraciones de sentarse en el trono de la FIFA. Pero cuando el francés quedó salpicado por el escándalo de corrupción y quedó fuera de la pelea, Salman pateó el tablero y se inscribió como candidato en el día del límite del plazo en octubre.

A pesar de que hizo una campaña de bajo perfil, con reuniones en federaciones nacionales, sin actos públicos ni actividades de prensa masivas, llegó a las elecciones como favorito. Este miembro de la realeza de su país, que tiene millones de petrodólares, contó con el apoyo de dos continentes muy importantes en las urnas.

También tenía ventaja por ser el único de los cuatro candidatos que forma parte del Comité Ejecutivo de FIFA, ya que es vicepresidente del organismo por su desempeño como titular del fútbol asiático.

 AFP 163
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Sin embargo, carga con un pasado oscuro, que lo ha perseguido hasta el Congreso Extraordinario en Zúrich. Un grupo de manifestantes protestó en la puerta de la sede de la FIFA contra el jeque Salman por su relación con la represión de la revuelta popular en su país en el 2011.

Los manifestantes lucían pancartas con presuntas fotos de víctimas que fueron torturadas tras ser detenidas por la policía de Bahrein. Los afiches rezaban que Salman encabeza en su país "uno de los regímenes más opresivos de la tierra". El impulsor de la protesta es Sayed Ahmed Alwadaei Bah, activista bahreiní que reside en Londres.

"El de Bahrein es uno de los regímenes más opresivos de la tierra. El jeque Salman va a ganar, pero va a seguir sufriendo", declaró Sayed en la puerta de la FIFA, mientras de fondo, sus compañeros gritaban "Salman dictador".

Además, varias organizaciones de Derechos Humanos lo denuncian por aquel episodio, donde deportistas y futbolistas que se expresaron a favor de la democracia fueron torturados.

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En su discurso, no mencionó a los protestantes. Envió un mensaje optimista, asegurando que con "unidad" la organización puede desarrollar las reformas para salir de la crisis a la que cayó por escándalos de corrupción.

"Todos ustedes saben por lo que ha pasado Asia en los últimos años. Hemos pasado por los mismos problemas que están atravesando algunas confederaciones o la propia FIFA. Las cosas pueden cambiar, pueden ver cómo ha cambiado desde 2013 hasta ahora", señaló.

Se mostró muy satisfecho con la aprobación del paquete de reformas destinadas a mejorar la transparencia y el buen gobierno de la organización: "Me siento muy satisfecho porque aprobamos las reformas. Estamos contentos desde Asia con este resultado. Esto no es un punto y final, es un punto y seguido. Tendremos que hacerlo hablando y para ello tenemos que tener unidad."

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Salman, que prefirió "hablar con el corazón y no leer un papel" en su discurso, intentó mantenerse cercano en su tono a los delegados presentes en el Hallenstadion de Zúrich. "Yo soy uno de ustedes. Me eligieron en mi federación nacional durante 15 años y en una confederación durante tres años", dijo.

Finalmente, Gianni Infantino fue elegido presidente y Salman no deberá limpiar el nombre de la FIFA, una entidad que perdió paulatinamente todo el prestigio desde aquella noche en mayo de 2015 donde comenzaron las detenciones. Pero si deberá limpiar el suyo, manchado por acusaciones de pisotear los DDHH en su país.