Intelectuales K le sugieren a Estela de Carlotto que no vaya a la ex ESMA con Barack Obama

El anuncio de la visita de Barack Obama a la Argentina fue una buena noticia para la mayoría de los dirigentes políticos y los analistas internacionales, pero generó la reacción de varios espacios que siguen con fidelidad los postulados del kirchnerismo.

Quienes rechazan la llegada del líder norteamericano ven con profundo desagrado que la agenda del mandatario incluya un paso por la ex ESMA, justo el día que se cumplen 40 años del golpe militar de 1976.

Horacio González y Mempo Giardinelli, dos reconocidos intelectuales kirchneristas, se hicieron cargo de ese malestar y le hicieron una sugerencia a Estela de Carlotto, al manifestar públicamente que no tienen claro si es conveniente que la líder de Abuelas de Plaza de Mayo asista al evento que este año contará con la presencia de Mauricio Macri y Obama.

En la primera asamblea del año de Carta Abierta, González se enfocó en la gestión del nuevo gobierno nacional y señaló que impulsa "una política de derechos humanos pasteurizada, activada por las visitas del presidente francés François Hollande (que hará un homenaje a los franceses desaparecidos esta semana) y de Obama". En ese contexto, el filósofo apuntó: "Le pido a Estela de Carlotto que esté muy atenta. No sé si tiene que ir a ese acto".

En la misma línea se expresó Giardinelli: en la columna que suele firmar en Página/12, el escritor habló de un "dilema trágico" porque se está frente a una situación en la que "hay que elegir entre dos opciones igualmente malas", de modo que "cualquier decisión que se tome arrojará malos resultados".

En su artículo, el intelectual kirchnerista se muestra contrariado ante la presencia de Macri y Obama en el acto del 24 de marzo, "al cumplirse 40 años del golpe cívico-militar-eclesiástico-empresarial que desató la más feroz dictadura de la historia argentina".

"Al cierre de esta nota es prematuro saber si Madres y Abuelas de Plaza de Mayo van a ser invitadas a acompañarlos. Es posible que eso suceda esta misma semana, ahora que finalmente y después de inexplicables elusiones han sido invitadas al despacho presidencial para un diálogo", señala el escritor, antes de recordar los destratos que ambos grupos sufrieron por parte del macrismo.

Para Giardinelli, "el dilema es trágico no por eso sino por otras dudas" que repasa a continuación: ¿Si son invitadas, por caso, Hebe y Estela, deben ir a ese recorrido detrás de los presidentes mencionados? ¿Deben ir en silencio y sólo hablar afuera y al final del paseo? ¿Se les permitirá el uso de sus pañuelos, llevar fotos y pancartas de hijos y nietos?".

La lista de interrogantes se amplía: "¿Tendrán que mantener el silencio, la calma y la mesura cuando ambos presidentes se autofeliciten como campeones de los derechos humanos y pronuncien discursos, en plena ex ESMA, en los que condenarán a Venezuela y su tragedia, pero no dirán ni una palabra de Guantánamo, Siria, Libia, Irak, Afganistán y Kosovo por lo menos? ¿O deben declinar la invitación, aun sabiendo que ese rechazo será maliciosamente interpretado por la prensa?".

"En caso contrario, si no son invitadas: ¿Hay que exigir que se las invite?", se pregunta el intelectual. "¿Tiene sentido negociar todo esto con un Presidente que parece capaz de humillaciones seriales?", apunta, para luego concluir con el repaso de "un antecedente inmediato muy grave" que ocurrió el pasado jueves 18: "Las Madres de Plaza de Mayo fueron provocadas al iniciar su ronda habitual, cuando efectivos de la Policía Federal intentaron condicionar y de hecho impedir la tradicional ronda. Sólo en la dictadura pasó algo así".