La relación con los EEUU: de la ruptura de los Kirchner a la normalización con Macri

El cambio de Gobierno anticipa una nueva etapa de diálogo entre ambos países para profundizar la cooperación en temas multilaterales, algo que el kirchnerismo se encargó de destruir

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Frialdad, trato distante y enfrentamiento abierto. Así se podría calificar la relación que mantuvieron los gobiernos de la Argentina y los Estados Unidos durante la era K. Pero tras la llegada de Mauricio Macri al poder, Washington empezó a "descongelar" una relación que parecía rota, al punto que el presidente Barack Obama podría viajar a la Argentina a fines de marzo.


Claro que la tarea no va a ser sencilla ni fácil. En el pasado, tanto Néstor como Cristina Kirchner tomaron la decisión política de profundizar la ruptura de las relaciones con el gigante del norte, mientras estrechaba la mano a Rusia y China y se convertía en socio preferente de la Venezuela de Hugo Chávez, primero, y Nicolás Maduro, después. Si bien nunca llegó a estar en el "eje del mal", junto a Corea del Norte e Irán, el gobierno de EEUU incluyó a la Argentina en un bloque junto a Caracas, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.


Quizás el episodio que marcó la ruptura fue el No al ALCA que encabezó el fallecido ex mandatario durante la Cumbre de las Américas que se realizó en la ciudad de Mar del Plata allá por 2005, a la que vino el por entonces presidente de EEUU, George W. Bush.


Kirchner fue uno de los bastoneros del rechazo subcontinental a la iniciativa diplomática y comercial que intentaba instalar George W. Bush para las Américas. Alineó y condujo con Chávez y Lula Da Silva el freno a esa iniciativa y el privilegio a la alianza del Mercosur. El duro discurso del ex mandatario ante la tensa mirada de Bush sepultó aquella idea que impulsaba el presidente norteamericano.


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Desde ambas administraciones se trataba de disimular y se aseguraba que "las relaciones eran sólidas". Sin embargo, ese fue el puntapié para una serie de eventos que profundizaron las diferencias.


En agosto de 2007 se descubrió en el Aeroparque Jorge Newbery al venezolano Guido Antonini Wilson con una valija con casi 800 mil dólares. Ese escándalo involucró a venezolanos, argentinos y norteamericanos. Incluso, el FBI llegó a denunciar que el dinero estaba destinado a la campaña presidencial de Cristina Kirchner. La propia Presidenta recién asumida habló de "operaciones basura" y acusó directamente a Estados Unidos.


Otro escándalo fue el que protagonizó el ex canciller Héctor Timerman y el alicate. Se trató de la incautación de material transportado por un avión militar norteamericano. Aquel incidente diplomático con Washington comenzó el 10 de febrero de 2011, cuando un avión de la fuerza aérea de los Estados Unidos aterrizó en Ezeiza cargado de equipamiento militar y armas.


Al ser inspeccionada por la Aduana la carga de la nave, se detectaron presuntas irregularidades entre el material declarado. Los militares norteamericanos se negaron a mostrar el cargamento, que finalmente fue abierto por la fuerza a través de un operativo que encabezó el propio Timerman. El material fue incautado y la escandalosa noticia recorrió el mundo.



El litigio con los denominados fondos buitres ocupa una importante etapa dentro de la fría relación. Durante el proceso con los holdouts, se multiplicaron las críticas de la presidente Cristina Kirchner a los Estados Unidos por el fallo del juez Thomas Griesa, que exigió a la Argentina pagar el total de la deuda.


La Presidente llegó a calificar el fallo como una clara demostración de venganza por el "modelo independiente" adoptado en la reestructuración de la deuda. Esos y otros cientos de dichos no cayeron bien en la administración norteamericana que fue mostrando su descontento con acciones concretas.


Varias fueron las oportunidades que tuvo Obama para visitar la Argentina, y sin embargo no lo hizo. Una de ellas fue en marzo de 2011 cuando inició una gira latinoamericana y visitó Brasil, Chile y El Salvador. Y la lista de desencuentros sigue. De hecho, Cristina Kirchner terminó sus dos mandatos sin haber sido invitada a una visita de Estado a la Casa Blanca.


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Hasta el 10 de diciembre de 2015 el vínculo entre Argentina y los Estados Unidos estuvo limitado a temas culturales, un tibio intercambio comercial, con tensiones por algunas trabas comerciales, y cooperación científica.


El propio Obama se comprometió a mejorar las relaciones y profundizar la cooperación en temas multilaterales. Así se lo dijo a Mauricio Macri cuando lo llamó para felicitarlo por haber sido electo presidente. "El presidente puso énfasis en la larga sociedad entre Estados Unidos y Argentina, y le comunicó su compromiso para profundizar la cooperación en asuntos multilaterales, mejorar los lazos comerciales y ampliar las oportunidades en el sector de energía", informó la Casa Blanca en un comunicado respecto a la charla que mantuvieron ambos mandatarios.


En los pasillos de la Casa Rosada se entusiasman en revertir esos tibios lazos con la llegada de Martín Lousteau a la embajada en Washington. Desde fines de enero, tras asumir sus funciones, Lousteau está abocado a la planificación de lo que será el encuentro entre los presidentes Macri y Obama. Incluso, la propia Canciller Susana Malcorra había anticipado que la reunión se iba a producir a fines de marzo.


El encuentro se habría definido en el marco de la participación de Macri en el Foro Económico de Davos, donde el Presidente mantuvo una reunión con el segundo de Obama, Joe Biden, y de la que fue testigo el diputado nacional y jefe del Frente Renovador, Sergio Massa.


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