El emotivo relato de Joaquín Furriel sobre su ACV

El actor habló del accidente cardiovascular que sufrió en octubre de 2015 y contó cómo cambió su forma de ver las cosas: "La experiencia me queda de por vida"

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"Es parte de la intimidad de uno, pero en este contexto está bien hablarlo. No me pareció bueno a las dos semanas que pasó salir en todos los programas", comenzó diciendo Joaquín Furriel en diálogo con Pedros de la Calle, el programa radial de Metro 95.1 sobre el ACV que sufrió en octubre de 2015. "Yo sé que lo que me pasó asustó, encima yo me reconozco como un tipo sano, pero eso no quiere decir que no te pasen cosas", dijo y luego empezó con su relato, que impactó por el nivel de detalle. Pero antes habló de su anterior accidente, que de alguna forma se relacionan.


"Yo el año pasado tuve un accidente cuando estaba rodando Entre Caníbales, me fracturé una vértebra dorsal y estuve a un milímetro de quedar comprometido. Tenía unos diez kilitos de más para el personaje, yo estaba muy entusiasmado de trabajar con Juan Campanella y de repente estaba grabando, ensayando una comedia que iba a estrenar y a todo esto le sumé que el domingo fui a ver a Racing al cilindro que le ganamos 1 a 0 a Independiente y cuando llegué a casa me puse a jugar con mi hija en la cama, un juego pavote, y ahí me fracturé. Para mí ese era el mensaje del año: si vas a comprometerte a 10 kilos de más tenés que vivir de otra manera", relató.


"Cuando me dan el alta me voy de vacaciones con mis amigos, después con mi hija, después con quien era mi pareja en ese momento. Cuando me tomo un avión en Londres a Buenos Aires, como y veo una película que está buenísima pero no se la recomiendo a nadie porque me desperté con un ACV. Terminé de verla, le pegué ocho horas de corrido durmiendo, y eso que no tomo nada para dormir, ¿viste que hay gente se toma un alplax para viajar? Y cuando me despierto siento un cansancio enorme. Todos empiezan a aplaudir por el ballotage, un inglés me pregunta por qué aplauden, yo le cuento que hay elecciones y después un argentino me dice '¿vos sos K o no?'. Entonces yo le contestó y es ahí cuando me doy cuenta que no podía hablar", continuó.


"Mi terapeuta me dijo: 'El problema no fue el accidente, el problema fue cómo vos reaccionaste al accidente. Ahí tenemos que trabajar'. ¿Por qué? En ningún momento me di cuenta que me estaba pasando algo raro, yo pensaba: 'Es el cansancio'. Perdí la noción del tiempo y para mí todo era cansancio. Cuando llego a Buenos Aires quiero abrir el teléfono con la clave y no podía mover la mano izquierda. Entonces hice todo con la mano derecha", dijo sobre el momento en que empezó a tener síntomas cada vez más fuertes.



"Después averigué y no todos tenemos el mismo umbral de dolor y conciencia frente a un accidente". Por eso es que contó que cuando se fracturó la vértebra entró caminando al hospital: "Para mí era una plaquita y enseguida me terminaron internando". Así continuó: "Bajé del avión y encaré para migraciones para hacer el trámite e irme a dormir a mi casa y ahí Naomi, con quien yo viajaba en ese momento, me dijo: 'Joaquín, tenés la mitad del rostro quieto'. Y esa determinación fue esencial. La verdad que ella estuvo divina en todo el proceso de recuperación. Ahí me dijo: 'Yo quier que te vea un médico'".


Luego lo atendieron en Ezeiza, llegó la ambulancia y ya en la clínica se durmió. "Cuando me despierto veo a Naomi, mi novia de ese momento, a mi ex y a mi mamá. Suerte que no estaba mi hija porque sino hubiese pensado que estaba realmente complicado", recordó. "Después el doctor me dice: 'Mire Furriel -porque me trata de usted él-, usted tuvo un ACV isquémico leve en la parte cognitiva. No le van a quedar ningunas secuelas. Yo le recomendaría que, si usted puede económicamente y aunque crea que puede volver a trabajar, durante tres meses no haga nada. Si usted tuviera 60 años le recomendaría que empiece a trabajar mañana para que no conecte con la finitud, que no empiece a tener miedo. Pero usted es una persona joven'", manifestó sobre el duro momento: recibir el diagnóstico.


Después contó que la confianza con el médico estaba porque era su doctor de cabecera desde que tenía 15 años y contó que todos pensaron que tenía que ver con las drogas: "Dijeron 'viene de Europa, se pasó con la falopa'. El 60% de las personas de nuestra generación que tienen un ACV es por consumo de cocaína". "Realmente hace un mes y medio que entendí lo agradecido que tengo que estar con la vida. El doctor me dijo que hay un 30% de pacientes que sufren un ACV que no se puede explicar el motivo y que yo estaba en ese 30%", reflexionó.


A partir de ese momento, el actor empezó a recibir sinceros saludos afectuosos de personas que se lo cruzaban en la calle y le decían que se habían preocupado mucho cuando se enteraron de su ACV. "Yo no me dejaba mucho mimar y ahora estoy en otro momento. Cuando empezás a habitar el miedo y habitar la vulnerabilidad dejás de tenerla porque la compartís. Un día entendí el agradecimiento porque de los dos accidentes que tuve, los médicos me dijeron lo mismo: 'Furriel, usted tuvo mucha suerte'. Entonces entendí que estoy viviendo una suerte de bonus track", contó y concluyó: "La experiencia me queda de por vida".