Seúl acusó a Pyongyang de quedarse con el 70% del salario de los obreros de un complejo industrial intercoreano

El gobierno surcoreano justificó su decisión de cerrar Kaesong, al indicar que Corea del Norte retenía la mayor parte de los sueldos de los trabajadores para financiar sus programas nucleares y armamentísticos

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Uniformados surcoreanos instalan una barricada tras el cierre de Kaesong AFP 163
Uniformados surcoreanos instalan una barricada tras el cierre de Kaesong AFP 163

El pasado miércoles Corea del Sur anunció la suspensión de las operaciones en el complejo industrial intercoreano de Kaesong, en el que alrededor de 53.000 ciudadanos norcoreanos trabajan para 124 empresas surcoreanas.

La decisión de Seúl se tomó días después que Pyongyang disparara un cohete de largo alcance violando las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el cual según Corea del Norte fue utilizado para poner un satélite en órbita, aunque la comunidad internacional cree que se trató de una prueba misilística.

Según indicaron las autoridades de Corea del Sur, el 70 por ciento del salario de los trabajadores iba a parar a manos del gobierno de Kim Jong-un que utilizaba esos fondos para financiar sus programas nucleares y armamentísticos.

Activistas contrarios al régimen de Kim Jong-un protestan tras el cierre de Kaesong AFP 163
Activistas contrarios al régimen de Kim Jong-un protestan tras el cierre de Kaesong AFP 163

Así lo confirmó este domingo el ministro surcoreano de Unificación, Hong Yong-pyo: "Las autoridades utilizaron alrededor del 70% de los salarios pagados en dólares, mientras que los obreros recibieron vales para comprar comida y otros productos y divisas norcoreanas", explicó en una entrevista a la cadena KBS TV.

"Hemos decidido esta vez cesar las operaciones, ya que el Norte iba a continuar intensificando el desarrollo de sus armas", explicó Hong, quien a su vez indicó que el gobierno surcoreano quería "tomar una medida radical para tranquilizar a la población en materia de seguridad".

Por su parte, Pyongyang respondió a la medida con la expulsión de todos los empresarios surcoreanos presentes en Kaesong, situado en su territorio a una decena de kilómetros de la frontera, y paralelamente desplegaron militares en el enclave industrial.

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Cabe destacar que el complejo industrial intercoreano, el cual es financiado por Seúl, abrió sus puertas en 2004 como un símbolo de la "reconciliación" entre ambas Coreas y se mantenía como uno de los últimos proyectos conjuntos de cooperación. Por lo que su cierre representa un recrudecimiento importante de la tensión en la península.

En 12 años, las compañías surcoreanas han pagado el equivalente a 560 millones de dólares en salarios a las autoridades norcoreanas que supervisan los obreros de Kaesong. Sólo en 2015, este monto fue de 120 millones de dólares.