Cómo morir: la cruda historia del suicidio asistido de Simon Binner que dividió a un país

Padecía una extraña enfermedad degenerativa y terminal que hizo su vida imposible. La BBC lo acompañó durante sus últimos meses y emitió anoche el documental. Las desgarradoras cartas a su esposa y a su madre

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A los 57 años Simon Binner creía que todavía tenía muchos sueños por cumplir. Y nunca pensó que su último y eterno sueño sería visto por millones de personas alrededor del mundo por la BBC. Éso fue lo que ocurrió luego de que acordara con la cadena británica realizar un documental sobre sus últimos instantes y su lucha por tener la muerte que, él creía, se merecía.

En enero de 2015, Binner fue diagnosticado con la enfermedad de la neurona motora (MND, por sus siglas en inglés) luego de haber hecho una consulta con varios médicos. En diciembre de 2014, mientras su esposa Debbie se encontraba de viaje, le dijo que notaba una deficiencia en el habla y que creía que se trataba de un ACV. Sin embargo, el diagnóstico fue peor del esperado. La expectativa de vida sería de entre dos y cinco años y el progreso sería devastador para Simon.

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Fue en ese momento en que Simon comenzó a evaluar alternativas diferentes para no atravesar el sufrimiento y el declive que irremediablemente le esperaba. Sin embargo, en el Reino Unido no le permitieron concretar una muerte asistida, pese a los reclamos que presentó ante la Justicia. Finalmente, la opción no llegó en su propia tierra. Fue por eso que Simon y Debbie tuvieron que ir rumbo a una clínica de Suiza, donde finalmente pudieron concretar el último sueño de este empresario de 57 años.

En una larga declaración que realizó al diario Telegraph, Debbie señaló que la decisión de un suicidio asistido "fue lo correcto". "Luego de buscar mucho en mi alma, creo que fue probablemente lo correcto para mi esposo, en sus circunstancias particulares", contó la mujer, quien también sufrió la pérdida de su hija Chloe hace seis años, mientras confiesa que "la muerte ha sido una parte íntima de su vida en los últimos años".

La BBC acompañó a Simon durante los últimos meses y emitió anoche el documental Cómo morir: la elección de Simon, que tuvo millones de espectadores frente a las pantallas y que despertó una inmensa polémica en las redes sociales por las imágenes que se mostraron sobre el paciente terminal y la escena en que está frente a su mujer, tomados de la mano a punto de "desconectarse" de la vida.

La muerte de Simon se produjo el pasado 19 de octubre en la Fundación Espíritu Eterno, una clínica de asistencia al suicidio con base en Suiza. La decisión -que estaba prevista para que se produjera el 2 de noviembre- se adelantó debido al deterioro que este empresario inglés notaba. Ya no soportaba la "humillación" que sentía. "Tendré un asistente que me ayudará a bañarme y a vestirme la semana que viene. Lo odio. Es una humillación, siento impotencia y es impropio de un hombre", había dicho Simon al momento de adelantar la fecha de partida. Creía que la decisión que estaba tomando era la correcta y lo estampó en un papel, con el pulso débil: "Ni 1% de miedo. Tengo 0% de miedo. Será un alivio".

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Prácticamente imposibilitado para hablar por su enfermedad, Simon escribió una desgarradora carta final a Debbie, que fue leída al aire por el locutor de la señal británica:

"Hola, Debbie. Soy Simon, te he amado mucho, mucho Debbie. No te merecí ni a ti, ni a Hanna ni a Zoe (N. de R: asistentes). Tan amables y devotas jóvenes mujeres, y yo he sido un gruñón la mayoría del tiempo.

Simon también escribió una breve nota final a su madre, Jean, quien aceptó la dura decisión de su hijo. El texto era no menos duro que el escrito a Debbie: "Es triste, pero es para mejor. Gracias por ser mi madre".

La MND es una enfermedad terminal que mata a las células nerviosas que envían los mensajes a los músculos para que estos puedan moverse de forma correcta. La mayoría de los diagnósticos se dan en personas entre los 50 y los 70 años. Quienes sufren MND pueden llegar a padecer la parálisis total de su cuerpo, sin posibilidades de hablar, moverse, tragar o respirar. Se cree que el 10% de los casos son genéticos, aunque las causas no están determinadas.