Respiro para el bolsillo: cómo hacer un viaje de bajo presupuesto

Más conocidos como viajes "low cost", es una nueva forma de hacer turismo y no morir en el intento

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Realizar un viaje low cost no es tan imposible como parece. Shutterstock. 162
Realizar un viaje low cost no es tan imposible como parece. Shutterstock. 162

Viajar por el mundo: ese sueño que todos tienen pero que pocos logran realmente llevar a cabo. Las razones por las que se posponen las ganas de recorrer el globo son varias, y van desde compromisos laborales a cuestiones familiares, pero la excusa más común es siempre la falta de dinero.

¿Es posible realmente poder viajar sin entrar en bancarrota? La respuesta simple es que sí, pero para lograr ese objetivo que a veces parece más que inalcanzable, es preciso tener en cuenta algunos consejos que un viajero con muchos años de experiencia, y muchas millas en el bolsillo, ya tiene aprendidos de memoria.

"Hoy hay millones de oportunidades dando vueltas para los viajeros que quieren viajar", explica Julián Gurfinkiel, co-fundador de Turismocity.

Lo primero que hay que hacer antes de planear a fondo una aventura, es comenzar por conseguir un pasaje a un precio imperdible. Una opción para descubrir ofertas, además del recorrido diario por páginas como Despegar.com, es entrar a la cuenta de Twitter @PromosaereasAR, donde todos los días se pueden encontrar oportunidades increíbles.

Si uno va a estar viajando por Europa o Estados Unidos, los vuelos locales, de ciudad a ciudad, son a veces hasta más baratos que los trenes, gracias a aerolíneas low cost como Ryanair o Vueling.com. Los micros son siempre más económicos, pero hay que tener en cuenta que los viajes son mucho más largos, y todo depende del tiempo que tenga a disposición el viajero.

Los argentinos saben en seguida cuál es la relación peso-dólar, pero, con otras monedas, el cambio no es tan fácil y siempre conviene saber cuánto se está gastando. Por eso es indispensable saber en toda ocasión cuál es el índice de cambio con la moneda local para saber realmente cuánto se está gastando en pesos argentinos.

Comer afuera en restaurantes es en ocasiones un lujo inaccesible para los turistas que van con un presupuesto reducido. Es por eso que muchas veces es conveniente llevarse comida y sentarse en algún lugar al aire libre, si el tiempo lo permite, y experimentar los alrededores de una cultura distinta, en un lugar completamente nuevo.

Si la idea de acampar en la intemperie no atrae, entonces es recomendable evitar las típicas "trampas de turistas" y buscar un lugar para comer al que asistan los locales, alejado de las masas y con precios más accesibles.

La clave de un viaje accesible es evitar los precios exorbitantes de las temporadas altas. A Europa y Estados Unidos, siempre conviene viajar entre los meses de octubre y abril: los tickets de avión van a ser siempre más baratos, y los precios de los hoteles, hosteles y alojamientos en general van a ser mucho más razonables.

Alquilar un auto puede resultar muy tentador, pero en ciudades grandes a veces genera más dolores de cabeza que otra cosa: el tráfico en lugares como Roma o Nueva York es insoportable, es difícil conseguir lugares para estacionar, y básicamente no vale la pena.

La mayoría de las ciudades hasta tiene algún sistema de boletos semanales que son indispensables (como la Metrocard en Nueva York) y con los que se puede viajar ilimitadamente durante todo el día sin estar pensando en cuánto dinero uno tiene todavía disponible.

Mandarle un mail a ese amigo del primo del vecino que vive en París es siempre una buena idea. Nunca se sabe: quizás sea la persona más generosa del mundo y ofrezca alojamiento gratis o un city tour en su auto a lugares a los que no se podría acceder de otra manera. Además, un local siempre sabe dónde comer, a dónde ir y qué hacer en su ciudad, información invaluable que no aparece en ninguna guía de turismo.

A la hora de armar la valija, menos es más. La realidad es que la mayoría de los viajeros empaca más de lo que realmente usa en el viaje. Tener pocas cosas tiene muchas ventajas, pero la más valiosa es que en muchos vuelos de bajo costo, las valijas se pagan aparte.

Un vuelo de Barcelona a Roma puede llegar a costar 20 euros, pero el costo de lo que uno lleva se cobra por separado y puede llegar a ser lo mismo o más de lo que salió el pasaje, por lo que ir liviano es increíblemente indispensable para un viajero con un presupuesto limitado.