Nicolas Massot: "Hay que cambiar al paradigma y no ayudar a los que se exceden en su disciplina fiscal"

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El cordobés Nicolás Massot, presidente del bloque PRO de la Cámara de Diputados, dijo en diálogo con Infobae TV que "la ayuda del Gobierno no debe ser para cubrir agujeros o déficits operativos".

Aseguró que comprende el reclamo de los gobernadores que hoy se reunieron con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, pero advirtió: "No hay que dejar que la ansiedad nos venza, porque un problema estructural no lo va a resolver un gobierno que tiene 45 días".

Sobre la toma que realizan militantes de La Cámpora de un despacho en el tercer piso del Palacio de Diputados, fue tajante: "Lo único que tiene que admitir el FPV es que perdió las elecciones".

— Cuéntenos cómo vivió la primera reunión de gabinete que se realizó ayer en Córdoba.

— Lo viví como todos los cordobeses, con gran orgullo, porque se trató de algo histórico. Córdoba fue la gran víctima de los últimos 12 años de gobierno en cuanto a la discriminación que sufrió con planes de gobierno y fondos federales en general. Como dijo el gobernador, se trató de la primera visita de un presidente de la Nación en 12 años a Córdoba en relaciones cordiales con el Gobierno. Fue la primera reunión intergabinete fuera de la Ciudad de Buenos Aires, pero además se puso en marcha el principal plan de obra pública de la historia moderna.

— Efectivamente, el gobernador Schiaretti resaltó que hacía 12 años que un presidente de la Nación no estaba en la casa de gobierno de Córdoba. Qué difícil habrá sido para los cordobeses transitar todos estos años.

— Sí, la verdad que sí, pero sin perjuicio de ellos, la verdad que es una provincia bastante ordenada, lo cual hace que sea más fácil tenderle una mano, como dijo nuestro Presidente. Hay que cambiar el paradigma y no ayudar a los que se exceden en su disciplina fiscal y hacerlo al revés, ayudar a los que están haciendo mejor las cosas, y que la ayuda no sea para cubrir agujeros o déficit operativos o de recursos humanos, sino que sea para hacer una autovía, miles de kilómetros de fibra óptica, infraestructura cloacal. Lo importante de los anuncios de ayer es que no son para ayudar a un gobierno , sino a la gente de Córdoba.

— Un pueblo que demostró que a pesar de la discriminación, pudo seguir adelante. Fue muy gratificante escuchar al Presidente avalando un sistema de premios a los que hacen las cosas bien y no tantos premios a los que no hacen las cosas bien. Ahora, usted no desconoce que esto provocó un shock en muchos gobernadores peronistas. ¿Cómo analiza esa respuesta de los gobernadores?

— Aquí hay que separar la paja del trigo. Por un lado, la causa que los gobernadores reclaman es absolutamente justa y es una deuda de 25 años en este país, que es darnos un sistema de redistribución de ingresos objetivo y automático. Y disminuir la discrecionalidad que se ha utilizado con fines políticos durante todos estos años. Fue una promesa del Presidente en su campaña, arremangarse para resolver este problema tan difícil, que afecta tanto a las 24 provincias de nuestro país. Ahora, también es cierto que en los últimos 20 años, 16 fueron de gobiernos justicialistas. O sea, el reclamo nos lo están haciendo justamente quienes participaron de 16 años en los que no se pudo resolver esta situación. De manera que hay que tener un equilibrio, el reclamo tiene que ser siempre moderado. El Gobierno tiene 45 días de gestión, que no recibe las cuentas públicas en orden. Lo más importante es resaltar la vocación y predisposición del Gobierno y del Presidente en avanzar sobre este tema, y no dejar que la ansiedad nos venza, porque no es un problema coyuntural de este Gobierno, sino un problema estructural de los últimos cinco gobiernos en la Argentina.

— Creo que al decir "la ansiedad no nos venza" nos está dando la clave de cómo va a actuar el gobierno nacional frente a este reclamo. De todos modos, supongo que no se va a discutir este año una nueva ley de Coparticipación Federal.

— La ley en términos institucionales debe ser la más difícil de pasar, incluso que una reforma constitucional. Para reformar la Constitución se requieren los dos tercios de ambas Cámaras, en cambio para darnos una ley de Coparticipación se requiere la unanimidad, es decir que los 257 diputados y los 72 senadores voten la ley. Además en un paso posterior, debe ser refrendada por las 24 legislaturas provinciales. De manera que es un mecanismo dificilísimo, por lo cual también se explica semejante demora. No obstante lo cual, lo que sí se puede hacer es intentar cumplir la cota mínima de recursos coparticipables que debían llegar a las provincias, que por la ley en su artículo séptimo, es de 34%. Hoy estamos en 25% aproximadamente, es lo que recibimos, y no son cambios fáciles de lograr. Actos como el de ayer, donde hay brutales transferencias de recursos para que las provincias administren obra pública, van en la línea de rectificar un poquito esta distorsión, pero en general, lo que sí se puede hacer es lograr el resultado final, y esperar que la ley se dé cuando logremos los requisitos insituticionales que recién le describía. Lo que nosotros queremos es darles mayor autonomía a las provincias y para eso necesitan más recursos. Lo más importante que todos tienen que entender es que recibimos un país sin recursos, donde los últimos 150 millones que había en el fondo de ATN fueron girados al gobierno de Santa Cruz. Con ese nivel de discrecionalidad encontramos a este país. Lo más importante es que se rescate la firme voluntad de este Gobierno de avanzar en el país federal, y no ponernos tan estrictos en la manera en que lo alcanzamos y en qué tiempo.

— ¿Puede repetir el dato del giro de ATN a Santa Cruz?

— Los últimos ATN que había fueron girados un día antes de entregar el mandato a la provincia que al día siguiente sería gobernada Alicia Kirchner.

— ¿Cómo se imagina que va a discurrir su gestión como presidente del bloque PRO, siendo que el oficialismo carece de mayoría propia?

— Lo que va a cambiar con esta Cámara es que no van a ser tratadas solamente las iniciativas del Ejecutivo, porque lo más probable es que el Ejecutivo plantee una agenda, en donde nosotros para conformar la mayoría necesaria tendremos que hacerles lugar a iniciativas de los bloques de la oposición. Ese va a ser el principal cambio. La predisposición para que esto ocurra la vemos en el 80 por ciento de la Cámara. Hay solo un 20 por ciento que forma parte del FPV. No es todo el bloque, de ninguna manera; los que tomaron una posición que fue bautizada con un gesto cuestionable desde el punto de vista republicano, como fue la ausencia de la Asamblea Legislativa en que se tomaba juramento al nuevo Presidente elegido por los argentinos. Desde ese momento vimos otras actitudes similares. Pero la mayoría demostró buena predisposición de acompañar al oficialismo, con la prerrogativa de que sean escuchados y que su agenda sea incorporada a la nuestra, y seguramente así será.

— ¿Cuál es la agenda legislativa del oficialismo? Sabemos que estará la reforma electoral, la reducción del impuesto a las ganancias, ¿qué más está previsto?

—Sí, hay un paquete de medidas de reforma institucional y electoral, que incluye el impulso de la boleta única electrónica, el intento de coordinación de un cronograma electoral entre la Nación, provincias y municipios más conveniente para la gente, que no genere tantas instancias de votación, también incluye una iniciativa para impulsar la ley de acceso a la información pública. También hay un paquete de medidas económicas, la actualización del impuesto a las ganancias, y seguramente incluirá algunas reformas tributarias más, y si avanza la negociación con los tenedores de bonos, una ley que habilite la reapertura del canje. Hay también previsto un paquete de ley en materia de seguridad, están los DNU impulsados desde diciembre también para ser tratados. En fin, hay una agenda bastante nutrida, habrá que decidir cuáles son las prioriades para tratar antes, y cuáles se dejan para más adelante.

— Veo que tendremos mucho trabajo también los periodistas. Mi última pregunta está en relación a la curiosa situación que se vive en un despacho del tercer piso del Palacio de la Cámara de Diputados que está tomado por militantes de La Cámpora. ¿Usted me puede confirmar si es así y, en ese caso, qué piensan hacer para resolver el problema?

— Lo que ocurre aquí es una apropiación de hecho. No es ese el único despacho, es una mala costumbre en general de los diputados, no solamente del FPV. Cuando los diputados salen, en vez de restituir la llave del despacho a la presidencia de la Cámara se la pasan a su mejor amigo. Eso produce una gran distorsión. Ahora que no solo cambió el Gobierno, sino que cambió la composición de la Cámara, los que están acostumbrados a tener mayoría y ser oficialismo, siguen haciendo uso de los bienes de la Cámara como si lo fueran. Lo único que está haciendo el presidente de la Cámara es equilibrar los recursos edilicios, los recursos humanos y económicos, porque su obligación es con 257 diputados, no solo a una parte, que deben ser administrados de acuerdo a la participación proporcional de cada bloque. Lo único que tiene que admitir el FPV es que perdió las elecciones.