Mauricio Macri, Sergio Massa, Máximo Kirchner y el peronismo que viene

El kirchnerismo se afilia al PJ, pero sus líderes no quieren dirigirlo. El Presidente postuló al hombre de Tigre, quien a su vez sugirió a De la Sota. Mientras tanto, el peronismo territorial discute cómo distanciarse de La Cámpora

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Los problemas del kirchnerismo empiezan en la sencilla constatación de que pretende tomar las riendas del Partido Justicialista (PJ), para lo que inició una campaña de afiliación masiva, a pesar de que Cristina Kirchner, líder natural del espacio, no tiene intenciones de presidirlo. Tampoco el primogénito Máximo, que en diálogo desde Río Gallegos con una radio porteña, dijo que no lo desvela la interna justicialista.

Guillermo Moreno es el principal promotor de la escalada sobre el PJ. Realiza un esfuerzo contundente en las redes sociales, con fuerte respaldo de militantes kirchneristas que se volvieron fervientes peronistas el día en que Cristina abandonó el poder, buscando un paraguas donde refugiarse del desamparo estatal. Pero el kirchnerismo también instala mesas en los actos donde la militancia viene resistiendo con aguante y la verdad es que logró centenares de fichas de afiliación que, ingenuamente, pretende que la estructura pejotista les acepte sin chistar.

El voluntarismo peronista de Moreno es notable, solo comparable a sus tiempos como secretario de Comercio, cuando creyó -y logró convencer a varios- de que podía defender la mesa de los argentinos persiguiendo a los que medían profesionalmente la inflación, cerrando la exportación de alimentos y autorizando personalmente cada container que entraba a la Argentina. Que la inflación haya crecido 500 por ciento, el dólar 400 por ciento y la economía permaneciera estancada durante 4 años, mientras subía la pobreza, obviamente, es culpa de los poderes concentrados y no de su fenomenal incapacidad como funcionario.

En el PJ buscan un presidente que conduzca el partido durante la transición

Entre los dirigentes conocidos solo el ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, acompaña a Moreno en su avanzada pejotista. Comparte con él la carencia de territorio y estructura partidaria. Rossi apenas se quedó con un cargo en el Parlasur. O sea, anda a la pesca de un palenque donde rascarse.

No parece que el PJ de base territorial acepte mansamente la nueva vocación pejotista de kirchneristas que apenas tienen para ofrecer la intención de restaurar a Cristina en el 2019.

El PJ en serio, el que sobrevivió al menemismo y al kirchnerismo y sigue manejando el territorio, discute por estas horas cómo sacarse de encima a La Cámpora, sin que parezca que están tirando a la ex Presidente por la ventana.

Saben que divididos son presa fácil de un macrismo que maneja todos los resortes presupuestarios y buscan un presidente partidario para la transición, bien posicionado en imagen y manejable, que los ponga en un escenario competitivo para la próxima elección presidencial.

El intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, un dirigente de la nueva camada de peronistas territoriales, dijo a InfobaeTV que "Daniel Scioli puede ser de mucha utilidad entre la actualidad y los dirigentes que vienen en la próxima etapa". Es fuerte que quien es considerado el único intendente que puso Scioli en todo el país limite el rol del ex gobernador a una simple pieza de transición hasta que se consolide el peronismo que viene. Aunque nunca es triste la verdad: lo que no tiene es remedio.

ENTREVISTA A MARIANO CASCALLARES
Mariano Cascallares: "Daniel Scioli puede ser de mucha utilidad entre la actualidad y los dirigentes que vienen en la próxima etapa"

Pero en la entrevista, Cascallares fue todavía más ácido cuando explicó que "la mejor política es hacer la mejor gestión", algo en lo que Scioli no se lució y, en general, el "proyecto" tampoco. Faltó decir "por algo perdimos", pero no lo dijo porque aún tiene la expectativa de que el kirchnerismo comprenda los tiempos que corren y se deje conducir hacia un futuro hegemonizado por otros.

El PJ también tiene que resolver un asunto complejo. Los bloques legislativos, las boletas con las que compiten en elecciones y la forma en que son nombrados usualmente es como "Frente para la Victoria", aunque el FpV no tiene estructura ni presidente. Si Mauricio Macri quiere hablar con los titulares de los partidos, puede llamar a Eduardo Fellner, que es el presidente del PJ. Pero ¿cuál es el teléfono del FpV? ¿Tendrá que discar la característica de El Calafate? Si lo hace, ¿no enojará al peronismo territorial, que es el que en los hechos ejerce hoy el poder peronista?

El asunto no es menor en una etapa institucional como la actual. El gobierno nacional está firmemente lanzado a lograr que en las elecciones legislativas del 2017 se vote con boleta única, para lo que organizó un exigente cronograma de reuniones que faciliten el consenso para la aprobación de una reforma electoral. En la semana que pasó, el ministro del Interior Rogelio Frigerio y el secretario de Asuntos Políticos Adrián Pérez se reunieron con los ministros de Gobierno de las provincias, y en la semana que se inicia tendrán un encuentro similar con los presidentes de los partidos políticos. ¿Es Fellner el que representa al FpV?

Es verdad que el histórico apoderado del PJ, Jorge Landau, es el mismo que figura como apoderado del FpV. Astuto, Landau no le dejó esa responsabilidad a nadie de Nuevo Encuentro ni de Kolina ni del Partido Comunista frente a la Justicia electoral. Pero cuando la jueza María Romilda Servini de Cubría convoque a registrar las alianzas que competirán en las legislativas de 2017, ¿tendrá que hablar con Landau?

Detrás de la disputa por un despacho del tercer piso del edificio del Palacio de la Cámara de Diputados se esconde ese problema. Los que le avisaron a Emilio Monzó que Máximo Kirchner se adueñó de una oficina que debería utilizar José Luis Gioja, que es el vicepresidente del principal bloque opositor, no son precisamente los radicales. Dirigentes de La Cámpora son los que visibilizaron el problema. ¿Lo hicieron contra Monzó o contra Gioja?

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Obviamente que al macrismo le conviene discutir en público con el líder de La Cámpora, que es el dirigente de peor imagen del país, con un rechazo que llega al 65 por ciento. Pero, la verdad, también le conviene al peronismo territorial, que necesita desplazar al kirchnerismo de las decisiones, porque está urgido por monopolizar cuanto antes la relación con el gobierno nacional.

Es en este contexto que el presidente Macri presentó en Davos a Sergio Massa como el principal líder opositor, "con posibilidades de conducir el Partido Justicialista", según dijo en conferencia de prensa. Hasta dirigentes massistas se espantaron con la intromisión presidencial en la interna peronista. Porque lo acordaron o porque tiene mucho para ganar a partir del fuerte vínculo que está tejiendo con Macri, Massa no expresó ninguna queja, solo dijo que su propuesta para el PJ es que José Manuel De la Sota lo presida, y sus dirigentes más cercanos, como Gilberto Allegre y Joaquín De la Torre, hasta lo felicitaron públicamente por el rol institucional que está alcanzando.

Es que Massa necesita a Macri para sobrevivir, ya que tuvo 5 millones de votos, pero no tiene un territorio para resistir a 8, con suerte 4 años de macrismo. También Macri necesita a Massa. No solo porque lo ayuda a romper con su debilidad legislativa, sino porque le resuelve el principal problema que tiene la Argentina macrista hacia el exterior; a saber, cómo darle gobernabilidad a su gestión sin el peronismo.

Es curiosa la empatía que lograron Macri y Massa, dos hombres que compitieron duramente en las últimas elecciones, y que tenían pésima opinión uno del otro. Por cierto, la necesidad tiene cara de hereje. Aunque un argentino que formó parte del staff de uno de los líderes que se reunieron con Macri en Davos, gratamente sorprendido por la coordinación que el Presidente y el diputado opositor mostraron en las reuniones que compartieron, lo puso así: "Massa es muy vivo, pero Macri es muy inteligente. Ambos tienen gran determinación para llegar a sus objetivos. Que caminen juntos es una excelente noticia para la Argentina".