Angela Merkel, los refugiados y sus implicancias en la política alemana

Luego de los ataques que tuvieron lugar en el estado de Colonia, donde fueron ultrajadas sexualmente varias mujeres, la mandataria está expuesta y obligada a dar un giro en su política de recibir asilados

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 AP 163
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"En las siguientes dos semanas exigiremos por nota formal al Gobierno que restablezca el orden en las fronteras", declaró al semanario Der Spiegel Horst Seehofer, primer ministro bávaro y jefe de la Unión Cristiana Social (CSU).

"Si Merkel y el gobierno central no lo hacen, el gobierno bávaro no tendrá otra opción que presentar una demanda ante el Tribunal Constitucional", agregó Seehofer, en lo que configura un límite muy claramente marcado para modificar y poner en caja el flujo descontrolado de inmigrantes en Alemania.

Angela Merkel intenta desarrollar un programa sumamente riesgoso y su plan de asegurar las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE), si no prospera y fracasa con sus socios europeos, lo más seguro es que ya no podrá mantenerse la libertad de viaje dentro de Europa.

Más de un millón de personas han ingresado a Europa, la mayoría de estos seres humanos representan la desgracia y la destrucción que genera la guerra. Sin embargo, las autoridades alemanas creen que un número importante de ellos pueden ser manipulados por grupos extremistas que ya operan y residen en Europa y abusan de quienes han dejado lejos los campos de refugiados en Oriente Medio.

La seguridad interior de Alemania cree que elementos pertenecientes a grupos extremistas que llegaron a Europa antes que las ultimas oleadas de refugiados disfrutan de una mayor libertad de movimiento y expresión y de la posibilidad de realizar actividades de captación y adoctrinamiento dentro de las nuevas comunidades de los recién llegados.


 Reuters 163
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Es muy claro para el gobierno alemán que muchos de los que vinieron en busca de refugio y de una nueva vida hoy se han convertido en el blanco de los yihadistas, que quieren ampliar sus actividades –incluidos actos terroristas– o al menos difundir la ideología del yihad para generar que los refugiados se opongan a la sociedad en la que viven.

Esta es una nueva fase de la crisis que muy probablemente se profundice y amplíe y ello, aun si el conflicto sirio fuera completamente resuelto y finalizara.

Desde que la gente comenzó a huir de la guerra en Siria cruzando a Turquía y desde allí a Europa Central en números sin precedentes en los últimos 50 años.

Un millón de refugiados, la mayoría de los cuales son sirios, no es una gran cantidad en un continente habitado por 300.000.000 de personas. Tampoco su número es un problema en el país de acogida más grande, Alemania, que es capaz de adaptarse a ellos con su gran economía. Su problema, sin embargo, es la inmensa diferencia cultural y social, lo que arrojara implicancias en materia de seguridad, según una fuente de la Seguridad Interior alemana que pidió anonimato.

Los refugiados en Europa son vulnerables a la explotación y manipulación que aparecen cada vez más complejas y peligrosas dentro de las propias comunidades de refugiados, donde elemento radicales están desarrollando el trabajo de captación de jóvenes.

Por otro lado, hay algunos grupos europeos de desempleados y descontentos no necesariamente xenófobos –que también los hay– que se oponen a una mayor llegada de refugiados y no ven con buenos ojos acoger a grupos de personas que son leales a regímenes y gobiernos dictatoriales, como el sirio y el iraní, y por supuesto, el mayor peligro de todos ellos, "los radicales y los colaboradores de las organizaciones terroristas como ISIS y el Frente al Nusra".


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De allí que las distintas oficinas de Seguridad Social y los gobiernos europeos, en especial las autoridades alemanas, estén trabajando para resolver esta problemática y no permitir que los refugiados queden a merced de que los yihadistas los convenzan, capten y desarrollen entre ellos células bajo la fachada de pretendida ayuda humanitaria.

De allí también la importancia para el gobierno alemán "de educar a estos grupos de refugiados para poder vivir dignamente en la nueva sociedad civil que los aloja y que respeten su marco legal" pudiendo desarrollar sus creencias y derechos y esperando lo mismo de ellos hacia los demás.

Según censos oficiales, Alemania recibió entre un millón y un millón doscientos mil refugiados sólo en 2015. Eso sin contar los miles que no se han registrado y son clandestinos dentro del país, como es el caso de más de dos mil shabbihas (milicias parapoliciales del régimen sirio) y el gobierno bávaro de Seehofer estima que en los primeros días de enero siguieron llegando a Alemania unos 3.000 refugiados por día.

"Si Merkel y Seehofer no logran acordar una línea común en el caso de los refugiados antes de las elecciones de marzo próximo", analizó Der Spiegel, "la canciller se arriesga a una peligrosa lucha de poder con su propia gente que, al final, podría hasta costarle el puesto".