La vida en Afganistán antes de la barbarie talibana

Las imágenes pertenecen al profesor universitario Bill Podlich. Vivió junto a su esposa y sus dos hijas durante varios años en ese país asiático antes de que fuera arrasado por los extremistas musulmanes

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 Dr. Bill Podlich  163
Dr. Bill Podlich 163

Afganistán era distinto. Alguna vez –no hace tantos años– fue un país ajeno a la violencia diaria. Mantenía costumbres arcaicas, pero que sabían convivir con el progreso propuesto por la ciencia y las artes. Sin embargo, con la irrupción de los talibanes, la vida cotidiana se volvió un infierno. Y Afganistán volvió a ser distinto.

Pero esa vida llena de color pudo ser documentada, lo que prueba que el pueblo afgano supo vivir en armonía y alejado de la barbarie. El encargado de hacerlo fue nada menos que un profesor universitario que jamás sospecharía que las costumbres en Kabul y en el norte del país cambiarían radicalmente a manos de los extremistas islámicos.

Bill Podlich viajó con su familia en una misión de la Unesco a Afganistán. En 1967 capturó imágenes de la cotidianidad afgana, que podrían repetirse –salvo algunos detalles– en su Arizona natal. Su trabajo consistía en ayudar a mejorar la calidad educativa superior en Kabul. Mientras tanto, con la ayuda de su esposa Margaret y sus hijas Jan y Peg, fue retratando las costumbres de sus vecinos.

Las hijas del profesor universitario también consiguieron un trabajo: eran maestras en la American International School de Kabul, la capital afgana. El colegio estaba repleto de los hijos de extranjeros cuyos padres habían llegado hasta ahí por trabajo.

Pero las guerras intestinas de Afganistán no sólo terminaron con la ayuda internacional, la variedad cosmopolita que paseaba por sus calles y la polifonía de costumbres que lo convertían en un país único. Pero no sólo esas costumbres y vida social fue derrumbada. La cultura milenaria que allí subsistía también fue destruida por los talibanes.

Tanto cambió la vida en Afganistán que algunas ciudades están tomadas absolutamente por la barbarie. Las mujeres que son acusadas de haber cometido adulterio son apedreadas hasta la muerte. Tampoco se les permite trabajar. La sharia es la nueva ley que rige sus vidas de manera brutal.