Alberto Nisman volvió al país antes de morir por temor a que Alejandra Gils Carbó lo echara

Soledad Castro, entonces secretaria del fiscal del caso AMIA, confirmó los motivos del apresurado regreso de su jefe a la Argentina. "Si era removido, no iba a poder presentar la denuncia", declaró ante la Justicia

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 Martín Rosenzveig 162
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La jueza Fabiana Palmaghini desplazó a la fiscal Viviana Fein y se puso al frente de la investigación de la muerte de Alberto Nisman. Su conducción del caso arrojó en los últimos días los primeros frutos: Soledad Castro, secretaria del fiscal del caso AMIA al momento de su muerte, pudo completar su declaración y dar nuevos detalles sobre los últimos días de vida de su jefe.

El de mayor importancia sea quizá la develación de por qué Nisman decidió adelantar el regreso de sus vacaciones de Europa y dejar a su propia hija sola en un aeropuerto. "Él tenía información de que (Alejandra) Gils Carbó retomaba sus funciones el 12 de enero y que a partir de esa fecha aumentaban las chances de ser removido, porque consideraba que esa decisión no iba a ser delegada en otro", explicó Castro en su declaración.

El fiscal responsable de investigar el atentado que dejó 85 muertos en 1994 consideraba que la procuradora general de la Nación tenía intención de desplazarlo para impedir que presentase su denuncia contra Cristina Kirchner, Héctor Timerman, Andrés Larroque, Luis D`Elía y Fernando Esteche por un presunto intento de encubrimiento de los iraníes acusados por el ataque.

"Entendía que si era removido, no iba a poder presentar la denuncia", recordó su secretaria, según la declaración testimonial que reproduce el diario Clarín en su edición de este lunes.

Soledad Castro, entonces secretaria del fiscal del caso AMIA, confirmó los motivos del apresurado regreso de su jefe a la Argentina. "Si era removido, no iba a poder presentar la denuncia", declaró ante la Justicia

Pocos días después de la muerte de Nisman, el kirchnerismo aseguró que el fiscal había decidido su abrupto regreso de Europa porque había recibido una orden del ex espía Antonio "Jaime" Stiuso, tras haber sido despedido por Cristina Kirchner en diciembre de 2014. Esa versión quedó descartada por el testimonio de Soledad Castro.

Según recordó, el fiscal "dudaba en irse de viaje con su hija". "Los rumores implicaban la posibilidad de ser removido como fiscal, como así también la posible intervención de la Unidad y de la designación de otro fiscal para trabajar en forma conjunta", detalló su secretaria, quien trabaja junto a él en la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) AMIA.

Castro reconoció que no sabe "si la información era cierta, pero era la información que él tenía y que nos compartía a nosotros". A tal punto Nisman le daba entidad que incluso le dio a ella un número secreto (4176-3000) al que todos los días debía enviar un mensaje de WhatsApp para informar que la UFI AMIA no había sido intervenida.

"Doctor, quédese tranquilo, hoy no nos intervinieron", le escribía cada tarde Soledad Castro. Apenas unos días después, Alberto Nisman apareció muerto en su departamento de la torre Le Parc-Puerto Madero.