Cinco métodos caseros para cuidar la salud de las mascotas

La escena es repetida. La mascota sufrió algún problema con su salud y el dueño tuvo un dolor de cabeza doble. El primero, naturalmente, debido a la preocupación por recuperar el bienestar del animal; y la segunda, por el bolsillo. Muchas de las visitas a la veterinaria por dolencias de los perros o los gatos terminan en grandes gastos por parte de sus dueños.

Sin embargo, la solución puede estar mucho más cerca de lo que uno cree. Los famosos "remedios de la abuela" también pueden ser aplicados a los animales y en el propio hogar hay innumerables métodos para paliar el malestar de los animales.

Desde baños y enjuagues con lociones naturales hasta un tratamiento para esguinces o traumatismos a base de sales minerales. El cuidado de la salud puede, de una vez por todas, dejar de ser también un problema para la economía de la familia.

Los problemas del oído son mucho más comunes en los perros que en los gatos, aunque ambos tipos de animales tienen que recibir un control periódico. Un perro con problemas de cera o algún otro trastorno en los oídos puede padecer un sufrimiento enorme, y de no ser tratado el problema, las consecuencias pueden ser importantes.

Por eso, un método natural para la limpieza de las orejas caninas consiste en una mezcla tan particular como interesante: hay que hacer un compuesto de vinagre de sidra de manzana, agua purificada, peróxido de hidrógeno y té verde. La mezcla tiene que vertirse en un algodón pequeño, que luego se introducirá en la entrada del canal auditivo del perro. Se puede usar la cantidad de algodón que se crea necesario para la limpieza.

Las pulgas son un problema habitual para los perros y los gatos. Por eso, en lugar de comprar productos químicos y muy caros en una veterinaria, resulta más conveniente recurrir a los "remedios caseros".

Hay diversas maneras de espantar a las pulgas. Una, creativa y barata, es ahuyentarlas con cítricos. Le escapan a los ácidos del jugo de la fruta, por ende, sólo hay que frotar un poco de limón o naranja en el lomo del animal y pronto desaparecerán las invasoras. Otra opción, especialmente en el caso de los gatos, puede ser añadir levadura de cerveza.

Las irritaciones en la piel son un problema mucho más común de lo que se cree, tanto en los perros como en los gatos. Por eso, darles cotidianos baños o enjuagues con los elementos correspondientes (y sin llegar a los productos de veterinaria) pueden representar una salvación para el animal.

Hay muchísimas variedades de lociones y cremas naturales disponibles para las mascotas.

Vinagre desinfectante: Añadir una copa de vinagre a un bol grande de agua, mezclar y volcarlo en el lomo del animal. Luego dar masajes y frotarlo con una toalla seca.

Enjuague de limón: cortar un limón en rodajas muy finas, luego hervirlo con un cuarto de litro de agua durante diez minutos. Esperar a que se enfríe, volcarlo en el cuerpo del animal y dejar que permanezca allí tres horas

Enjuague de té herbal: Sumar cinco saquitos de té verde o de manzanilla a un bol de agua muy caliente. Dejar descansar la mezcla durante tres horas y luego volcarla en el lomo del animal.

Puede ocurrir que el animal presente de un día para el otro dificultades en la movilidad. Eso se puede deber a un mal movimiento o a una torsión en los tobillos o en las rodillas. En lugar de recurrir a costosos tratamientos y analgésicos, se puede apelar a recursos del hogar.

La solución está en agregar media taza de sales de epson (sulfato de magnesio hidratado) a una palangana de agua caliente y empapar un paño para luego aplicarlo a la zona de la lesión durante un período de cinco minutos. Ese procedimiento hay que repetirlo dos veces al día y hay que mantenerlo hasta que el animal ya vuelva a recuperar su movimiento natural.

Los procedimientos de tratamiento dental de los animales son muy caros, especialmente cuando son necesarias las extracciones de alguna pieza. Por eso, es clave mantener una buena higiene de su boca. La mejor manera de evitar problemas bucales es tratar de cepillar los dientes de la mascota, al menos unas tres o cuatro veces por semanas.

Sin embargo, la difícil tarea aparece en el momento de mantener al animal con la boca quieta para poder cepillar los dientes. Para el caso de los perros, uno de los recursos útiles es recortar y enrollar un tubo de goma eva, ponerlo transversalmente en la boca del animal y, mientras él muerde una y otra vez el objeto, uno puede limpiar los dientes y las encías. Para el caso de los gatos, ni siquiera se necesita un cepillo.

Simplemente con una gasa a mano y el producto de limpieza necesario, ya se puede limpiar la boca del felino.