Dakar: la historia del japonés de 75 años que lleva más de dos décadas sin abandonar

Yoshimasa Sugawara habló con Infobae de su experiencia a bordo de su Hino. Dijo que ya se prepara para la próxima edición. "Sueño en volver a correr con una cerveza en la mano", deslizó

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 AP 162
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Es considerado el abuelo del Dakar. Una especie de Mr. Miyagi del deporte motor. Con 75 años Yoshimasa Sugawara fue el piloto más longevo de la competición y en diálogo con Infobae contó su historia: "Empecé en 1983 con una moto y me gustó mucho la experiencia de correr en un circuito que no era cerrado".

El japonés está feliz, una vez más consiguió vencer a la naturaleza. Su sonrisa es permanente y a pesar del cansancio que invadió su cuerpo, intenta ser lo más puntilloso en la narración de sus inicios. "Lo que me atrajo de la actividad fue atravesar países por lugares impensados, por eso estuve 10 años en dos ruedas hasta que pasé a los camiones. Al comienzo casi abandono por completo, pero cuando conocí el de Hino no me pude bajar más... ya llevo 25 años participando con ellos", explica.

 EFE 162
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El experimentado piloto también habla de su ingreso en el libro de los records Guiness. Para él, "son 33 años ininterrumpidos en el Dakar, es una alegría inmensa ser un histórico de esta disciplina". La diferencia en el idioma hace que Sugawara mantenga respuestas cortas, precisas y concisas. Por lo tanto, cuando la conversación se remite al aspecto físico el asiático aclara: "Ya no puedo prepararme como un profesional. Entreno con motos, pero compito con camiones".

Su pasión fue mutando, aunque siempre mantuvo la misma esencia. De manejar vehículos livianos a subirse a las bestias más pesadas fue un cambio profundo. "Me encantan estos camiones porque no se rompen nunca. Hace 25 años que no abandono la carrera", dice con orgullo y agrega: "Lo bueno de estar manejando en las alturas es que puedo observar muy bien los paisajes, pero lo malo es que se me hace tan difícil que parece que necesitara zancos".

Tras haber estado en 33 de las 37 largadas del Dakar, Yoshimasa acumuló siete podios, de los cuales seis fueron en segundo lugar y el restante en tercero. Después de varias décadas recuerda con gracia la vez que no dormía por miedo a las penalizaciones: "Cuando participé con una moto en ParisDakar no tenía ningún amigo ni colega que hablara mi idioma. En mi chaleco estaba el número 36, pero yo nunca entendía cuándo era mi turno para salir porque me llamaban en francés. Siempre me quedaba con mi mochila y mi rueda de auxilio esperando a que me señalen y perdía horas de descanso".

Con la travesía cumplida, al japonés sólo le queda esperar hasta el próximo año para volver a desafiar el peligro de los desiertos arriba de su Hino. "Todos los días sueño en volver a participar con una cerveza en la mano. La pasión es la misma que la del primer día", comenta antes de despedirse con un bocinazo que generó el aplauso de sus fanáticos. Sugawara es la historia viva del deporte motor.