Los yihadistas del Estado Islámico perpetraron ataques suicida en la ciudad occidental de Ramadi días después de su expulsión a manos de los militares iraquíes, informó el Ejército de Bagdad.
Los terroristas atacaron a las fuerzas de seguridad el día de Año Nuevo con siete autos bomba en dos áreas de las afueras de la ciudad, dijo el general de brigada Ahmed al-Belawi a la agencia de noticias The Associated Press el sábado.
Al-Belawi informó de bajas entre las tropas del gobierno pero no proporcionó una cifra concreta. Las fuerzas de seguridad repelieron los ataques y no cedieron territorio, agregó.
Ramadi, la capital de la provincial de Anbar, cayó en manos de la milicia radical Estado Islámico en mayo, lo que supuso un importante revés para las fuerzas iraquíes, que cuentan con el respaldo de Estados Unidos. El ejército de Bagdad recuperó el control de la ciudad el pasado lunes, pero sigue habiendo insurgentes atrincherados en algunas partes de la urbe.
Más aún, las fuerzas iraquíes ampliaron su control del centro de la ciudad de Ramadi, expulsando a su paso a los yihadistas y liberando a civiles que se hallaban atrapados por los combates, según responsables.
El ejército anunció la toma de Ramadi el pasado domingo. Esta ciudad, capital de la vasta provincia de Al Anbar, de mayoría sunita, se había convertido en una de los principales posesiones del grupo Estado Islámico.
"Nuestras fuerzas de seguridad lanzaron una operación desde [el barrio de] Khaldiya, en el este de Ramadi, y consiguieron liberar la facultad de Agricultura", declaró un responsable del barrio, Hamid Al Dulaimi, quien precisó que las fuerzas iraquíes estaban "limpiando otras zonas".
ISIS, que había tomado el control de Ramadi en mayo de 2015, diseminó miles de artefactos explosivos en la ciudad que las fuerzas de seguridad intentan desactivar.