La ultraderecha francesa espera una inédita victoria en las elecciones regionales

El Frente Nacional (FN) liderado por Marine Le Pen aspira a un triunfo en varios de los 13 distritos en disputa durante la segunda vuelta de los comicios que se desarrollan este domingo

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 Reuters 163
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El resultado de la segunda vuelta dependerá en gran medida de la participación, que alcanzó el 19,59% a las 11:00 horario GMT -más de tres puntos respecto al domingo pasado a la misma hora (16,27%)-, y de la transferencia de votos de la izquierda hacia la derecha para impedir una victoria de la extrema derecha.

Aunque los últimas encuestas fueron menos optimistas para el FN, éste ambiciona consolidar su victoria tras haber sido el partido más votado en la primera vuelta de hace una semana con el 28% de los votos, superando a una alianza de centroderecha y a los socialistas.

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El partido de extrema derecha espera ganar en varias de las 13 regiones, apostando a su vez por el rechazo de los partidos tradicionales, incapaces de superar la crisis económica, y por el miedo provocado por los atentados yihadistas del 13 de noviembre pasado en París que dejaron 130 muertos.

Unos 45 millones de franceses están convocados para elegir 1.757 consejeros regionales y 153 consejeros territoriales en Córcega, Guayana Francesa y Martinica. El presidente, François Hollande, ya votó a media mañana en su feudo de Tulle, en el centro de Francia.

En la primera vuelta, uno de cada dos electores y dos tercios de los jóvenes (18-24 años) se abstuvieron.

En Clermont-Ferrand (centro), Abdel, de 38 años, tampoco acudirá a las urnas este domingo. "Ya no creo en los políticos (...) No conseguirán mi voto, ni siquiera para derrotar al FN", aseguró.

"El mundo político no se entera", opina Sylvain, de 34 años, un empleado del este del país. "Pedir un voto para que el FN no gane, sin que las élites se hagan la más mínima pregunta, muestra claramente que hay un grave problema", afirma.

En caso de que se produzca una victoria del FN, sería la primera vez en la historia francesa que el partido de extrema derecha gobierna una región, 18 meses antes de las

presidenciales de 2017

que la líder del partido considera hoy a su alcance.