El triunfo de Mauricio Macri en el ballotage sacudió los cimientos del Frente para la Victoria (FpV), y parece haber despertado a un peronismo que en los últimos años entró en una especie de letargo.
La gente que se encolumnó detrás de la figura de Daniel Scioli e impulsó su proyecto presidencial cree que en el kirchnerismo no todos sumaron para la causa. Y lentamente comienzan a dejar en claro que pertenecen a espacios distintos. El primero en decirlo de manera contundente fue Alejandro Granados
Al asumir como intendente de Ezeiza, el ex funcionario sciolista pronunció un encendido discurso con el que apuntó a aclara que no se identifica con el kirchnerismo: "Sepan que soy intendente del Partido Justicialista, que soy intendente peronista y que nada tengo que ver con el Frente para la Victoria".
"Mis próceres fueron (José) San Martín, (Juan Manuel) Rosas, el teniente general (Juan Domingo) Perón y la compañera Evita. Nunca se olviden de eso: Perón y Evita", concluyó el jefe comunal que evitó mencionar a los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Granados fue reelecto en 2011 y 2015 por la boleta del Frente para la Victoria y desde agosto del 2013 hasta el 9 de diciembre de este año fue el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
De haber ganado Scioli las elecciones presidenciales, seguramente hubiera tenido un cargo importante a nivel nacional. La interna del Frente para la Victoria conspiró para que eso no sucediera.