Nueve datos sorprendentes sobre el sueño de los animales

Los delfines pueden dormir con medio cerebro "despierto" mientras que los gatos logran superar las 14 horas diarias. Todos sus secretos

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La ciencia generalmente recomienda a las personas dormir un mínimo de entre siete y ocho horas diarias. El organismo logra un estado de reposo máximo y repone energías para empezar el día siguiente. Pero, ¿cómo es el sueño para el resto de las especies?

Según las necesidades biológicas, los animales poseen condiciones de sueño absolutamente diferentes entre sí. "El sueño está compuesto por la fase no REM y la fase REM (en la que se desarrollan los sueños que después se recuerdan). Para poder cumplir el ciclo completo del sueño, el humano necesita abordar las dos fases, pero no todos los animales necesitan lo mismo", dijo Adrian Morrison, profesor de neurociencia del departamento veterinario de la Universidad de Pennsilvania.

En tanto, el experto Jerome Siegel, de la Universidad de Los Angeles, destacó que el objetivo principal del sueño es permitir la eficacia plena en el comportamiento después de despertar. "Para los animales, ese estado se puede alcanzar con mucho menos esfuerzo que para el humano", advirtió.

Gatos dormilones, hormigas que sueñan en cuotas y delfines con la mitad del cerebro despierto son algunos de los casos más sorprendentes del sueño animal.

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El prolongado sueño felino. En promedio, los gatos pueden llegar a dormir entre 13 y 14 horas diarias. Lo más insólito es que durante la noche es cuando más deambulan, ya que es el momento del día en el que se les despierta su instinto cazador. Esto también sucede incluso con los leones, que no tienen la necesidad de estar todo el tiempo en alerta.

Mitad dormidos, mitad despiertos. Los delfines pueden alcanzar el sueño con la mitad de su cerebro en estado de alerta. Pueden mantener las señales de la fase no REM en funcionamiento en sólo un hemisferio, mientras la otra parte se mantiene despierta.

Dormir de pie. A algún humano le habrá pasado en el colectivo, pero lo cierto es que tanto las vacas como los caballos pueden dormir de pie. De todos modos, para poder dormirse profundamente y experimentar la fase REM, necesitan recostarse.


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El poco sueño en las alturas. La jirafa es el animal que menos necesita dormir de todos los mamíferos. El motivo es que, debido a su tamaño, siempre quedan expuestas a convertirse en presa fácil de sus depredadores. Su organismo está preparado para reservar energías de manera constante. En promedio, las jirafas duermen entre 10 minutos y dos horas por día.

El eterno soñador. El caracol del desierto tiene la habilidad de dormir hasta tres años de manera continua. Su proceso de hibernación requiere que el clima encuentre un cierto grado de humedad que es vital para su supervivencia. Hasta que ese clima no se produzca, no saldrán del caparazón.

Durmiendo con el enemigo. El ornitorrinco tiene la particularidad de que realiza los mismos movimientos para dormir que para cazar a sus presas. Esto les permite tomar desaparcibidos a los crustáceos en el momento justo.


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Siempre alerta. Con el fin de poder escapar a tiempo de los predadores, el primate Papio Africano suele dormir en la cima de un árbol apoyado sobre sus dos talones. Esos monos se ubican en cuclillas sobre alguna rama y así pueden descansar y conciliar el sueño durante horas.

Sueño en el aire. Aún se mantiene el debate científico, pero varias corrientes de especialistas aseguran que los albatros tienen la capacidad de dormir en pleno vuelo. La ciencia descubrió que el ave es capaz de reducir al mínimo su actividad cerebral y sólo deja los movimientos de planeo como mecanismos involuntarios.

Sueño en cuotas

. Las hormigas siempre tienen algo nuevo para sorprender. Si bien se dijo durante un tiempo que jamás dormían, recientes estudios demostraron que esos insectos pueden llegar a experimentar 253 episodios de sueño cada día, de un minuto de duración cada uno.