Crimen mafioso en Corrientes: mataron de un tiro en la cabeza a un empresario yerbatero

Los atacantes golpearon salvajemente a la víctima, de 75 años. Luego lo ataron a un alambre y lo ejecutaron de un disparo en la frente. Descartan que se haya tratado de un robo

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No fue un robo. Héctor Aníbal "Kiki" Sartori, un empresario yerbatero y ganadero de Corrientes, tenía más de 5 mil pesos en su billetera y llevaba un lujoso reloj cuando el domingo a la tarde fue golpeado salvajemente por cuatro sicarios en su estancia Santa Teresa, atado a un alambre y ejecutado de un tiro en la cabeza.

El crimen fue premeditado y tenía un propósito claro, por lo que investigan un posible ajuste de cuentas o mensaje mafioso. La víctima, también dueño del molino yerbatero "Cuarto de Milla" que funciona en Misiones, se encontraba junto su capataz y otro joven en su estancia cercana a Mercedes cuando un auto oscuro de alta gama con cuatro hombres a bordo ingresó al potrero.

De acuerdo al menor de los testigos, los hombres bajaron del vehículo armados con pistolas calibre 9 milímetros, los redujeron a todos y tras golpear salvajemente a Sartori, los ataron a todos a un alambre del corral. Luego, sin decir nada, ejecutaron al empresario de un balazo en la cabeza. Lo más extraño es que antes de escaparse –relataron los testigos- asesinaron de un tiro en la nuca a uno de sus cómplices, el único que no estaba armado y de aparente nacionalidad brasilera.

Tras la huida de los sicarios, el capataz logró desatarse y fue hasta Mercedes para pedir ayuda a la Policía, por lo que agentes de la comisaría 1° de Mercedes y de la seccional de Felipe Yofre se dirigieron a la escena del crimen.

El comisario de la ciudad de Mercedes, Marcos Toledo, admitió a Clarín que aunque manejan distintas hipótesis, la del robo quedó descartada, ya que Sartori tenía 5 mil pesos en la billetera y llevaba puesto un costoso reloj. Tampoco se llevaron su celular. No obstante, un dato que sí le interesó a los investigadores es que hacía pocos días que la víctima había cedido todos sus bienes a sus hijos.

Por su parte, la esposa de la víctima contó horas antes al crimen que dos hombres llegaron al casco de la estancia para consultar si la familia no tenía nada para vender y luego se fueron sin decir nada. Los investigadores analizan también algunas contradicciones de los testigos.