Mombasa: cómo es la perla árabe de África

Un destino impensado en las playas de Kenya que conquista con cálidas y transparentes aguas y su rica tradición cultural

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Daniela Hegouaburu
Daniela Hegouaburu

Si pensamos en África como lugar de viaje, directamente lo asociamos con el safari o sus costas más bravas al sur repletas de playas para hacer surf. Y esto se debe al gran desconocimiento que tenemos por aquí de este continente. Un punto que de a poco se está haciendo conocido es Kenya, al este, al lado de Tanzania y con gran parte de su territorio bordeando el Océano Índico. Por su latitud se encuentra justo en el Ecuador y eso la hace un paraíso natural. Entre su paisaje no falta nada, valles, montañas, desiertos, llanos y una extensa costa de arenas blancas que no tiene desperdicio.

Las vacaciones perfectas en fabulosos hoteles todos con modalidad all inclusive en cualquiera de sus playas y también una buena variedad de actividades para hacer en la ciudad como las reservas de reptiles, tortugas, delfines u otra fauna marina.

 Daniela Hegouaburu 162
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Esta ciudad es muy importante estratégicamente ya que hasta allí llega el ferrocarril que cruza todo el país en sentido horizontal (desde Uganda), una gran herencia de la colonización inglesa que permitió llegar al mar, punto de comercio clave con su puerto internacional.

Al tener esta ubicación tan privilegiada fue una zona de conflicto y sufrió conquistas de los portugueses, yemenitas e ingleses en diferentes períodos. Un resabio de aquellos tiempos hoy queda en su Fuerte Jesús fundado por Portugal y hoy convertido en museo, las ruinas del primer establecimiento árabe (Gede) o el templo hindú junto a la estación ferroviaria. Todos puntos que pueden visitarse en busca de un poco de cultura local.

Todo el paisaje está dominado por esta influencia árabe y la gente allí es en su mayoría musulmana. Resulta raro ver una minoría de las tribus nativas entre tantos que se pasean con sus túnicas por la calle. Las mujeres por ejemplo, todas cubiertas de pies a cabeza y siempre de negro.

Como toda ciudad portuaria los alrededores no son buen lugar para estar. Es seguro, pero solo en los sitios turísticos. La entrada en Moi Avenue es particularmente pintoresca, con un gran arco de colmillos de elefante que da la bienvenida a este paraíso africano.

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El visitante solo está en el centro de pasada, es el camino a las hermosas playas que se despliegan en 400 kilómetros de costa de norte a sur, hasta la localidad de Lamu. Todas ellas de fina arena blanca, cocoteros, palmeras y agua cálida. Son privadas y solo se puede acceder desde el hotel donde uno se aloja. Watamu se destaca por su cercanía con los corales muy cerca de la costa, un punto clave para hacer snorkel. Diani Beach es la más tranquila, con un pequeño pescadero cerca que le da el toque colorido a la estadía y es la que tiene los mejores resorts. Y por último Lamu, la más agreste de todas, este patrimonio de la UNESCO que fuera el primer asentamiento Swahili, es la más antigua y mejor conservada.

Cualquiera de estos lugares están pensados para descansar, pero si algo se le puede reprochar es que solo en los límites del hotel. En la playa se encuentran todos los lugareños vendiendo artesanías y se vuelve un poco pesado cuando nos persiguen hasta la orilla del mar tratando de vender algo. Los guardias del lugar los corren, pero aún así, es imposible emprender una larga caminata por este paisaje si no es en grupo.

Mombasa es sorprendente en todo sentido y apta para viajeros de toda edad, incluso con niños. Es el respiro necesario luego de un viaje de Safari (que es lo usual en Kenya) y con el agregado de que se cambia por completo el escenario, ya no en sintonía con las tribus locales como los Maasai Mara, sino mirando hacia la meca. Todo allí es diferente, incluso la naturaleza prodigiosa que tiene mucho de parecido con el caribe.

El descanso merecido además invita a una Tusker (cerveza local) que siempre viene muy fría y acompaña perfecto las tardes de este eterno verano. ¡Hakuna Matata!, es lo que siempre suena, una frase muy usada que se hizo célebre en la película El Rey León y quiere decir: todo bien. En Mombasa siempre está todo bien.