Natalia Lafourcade tras su gran noche en los Grammy Latinos: "Con este disco me sentía ganadora desde antes"

La artista mexicana, que se quedó con los premios más importantes de la gala realizada en Las Vegas el 19 de noviembre, habló con Teleshow antes de sus presentaciones en la Argentina y Chile

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Natalia Lafourcade aterrizó en Buenos Aires a menos de una semana de su gran noche en la entrega de los Grammy Latinos. La artista mexicana fue la figura en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, cantó en vivo y se quedó con cinco estatuillas -Canción y Grabación del año, Canción y Disco de música alternativa del año, e Ingeniería de Sonido-. "Fue súper fuerte la verdad. Una energía súper intensa", describió la creadora de Hasta la Raíz a la cámara de Teleshow.

Mientras se preparaba para una seguidilla de shows en Buenos Aires -25 de noviembre en el Teatro Vorterix- y Chile -26 de noviembre en Teatro Cariola-, contó que hubo un momento de incertidumbre cuando anunciaron la primera categoría -Ingeniería de Sonido-: ella y sus compañeros no se dieron cuenta de que habían ganado. "No te dicen el nombre del disco. Empiezan por los créditos y todos nos conocemos por los apodos, no por los nombres completos", relató: "Fue muy emocionante recibir primero el de Ingeniería. Para lo nerds que somos con el sonido, se sintió muy bien. Y después, toda la noche fue un premio tras otro, e inesperados aparte. Para la foto final no me alcanzaban los brazos. Soy muy chiquita. Me pesaban mucho. Me faltó uno para tener todos encima".

-¿La satisfacción de ver que Hasta La Raíz crece y crece, que gana premios, compensa el dolor y el desamor de la historia personal que inspiró este álbum? ¿El disco le ganó al dolor si lo pusieras en una balanza?

- El disco había ganado desde antes. Yo ya me sentía muy, muy ganadora desde otro sentido. En la parte de haber terminado un proyecto que le pusimos tanto amor, tanto trabajo y tanta energía, y que para mí era muy personal. Era mi regreso con la música, con mis canciones; una cosa que me intimidaba, incluso. El haberlo terminado, el haber logrado un disco que al escucharlo dijéramos "oye, ¡qué bien que quedó! ¿A tí te gusta? A mí me gusta", eso era un punto de ganancia muy fuerte. Y lo que para mí seguía era poder conectar con la gente, con mis seguidores. Que entendieran lo que había hecho, porque al ser tan personal nada me garantizaba que ellos iban a entender de lo que hablaba. Fue súper lindo ver cómo ha ido conectando con mucha más gente de la que habíamos pensado.

-¿El orden de las canciones tiene una relación cronológica con lo que viviste en la historia que impulsó a Hasta la Raíz?

- El orden que hicimos en Hasta la Raíz -la primera versión, la que tiene los 12 temas-, fue un orden un poco planeado, para que se sintiera el ciclo. Aunque Hasta la Raíz fue una de las últimas canciones que me tocó componer para el disco. Cuando lo hice, yo pensé: "ya llegué al final, ya no creo que pueda hacer algo mejor que Hasta la Raíz". Todo lo que ya pasó está ahí. Es un resumen perfecto para nombrar al disco y para que sea como la madre de las demás canciones. Ahora que tenemos el disco con los 15 temas, sí se puede sentir un poco lo que fue el proceso, ¿no? En un proceso de amor y desamor siento que pasás por otras cosas que no tienen necesariamente que ver con el amor conyugal, van un poco más profundo. Lo que uno siente, cómo evoluciona. Uno vuelve a nacer y se vuelve a reconstruir con su cotidianeidad. Ahí hay muchos descubrimientos y Hasta la Raíz tiene esa parte del proceso.

- ¿Qué escuchabas en la época que armaste Hasta la Raíz?

-[Recorrer la vida de] Agustín Lara me hizo cuestionar cómo iba a crecer como compositora, cómo iba a hacer mis canciones, qué iba a decir. Lara me hizo decir: "Tengo que ser más exigente conmigo misma y con lo escribo. Tratar de llevarme un poco más hacia el límite". Empecé a escuchar muchos compositores. Me encantó conocer a Simón Díaz, un compositor venezolano que estuvo conmigo en todo el proceso de composición. Regresé a Violeta Parra, que conocía de hace un tiempo, pero que la había abandonado. Empecé a escuchar a Caetano Veloso, a Joni Mitchell, a Nick Drake, Atahualpa Yupanqui; ese tipo de cosas que me recordaban al compositor que está con su guitarra, que me hacían sentir que podía escarbar un poquito más hasta la raíz y hacia lo más simple con la voz y la guitarra o el piano.

-El disco cruzó nuevas fronteras. ¿Te sorprendió que funcione en Italia?

- Ha sido impresionante ver la fuerza que tienen las canciones. A mí me parece increíble. Uno puede esforzarse por hacer buenas canciones, porque queden bien, pero una vez que el disco sale, son las canciones las que solitas se van volando hacia dónde quieren y no puedes tomar control de ellas. Así me siento yo. Cosas como las de Italia, que la canción ha llegado a la radio y que la gente la pide. Que es disco de oro allí, un lugar que nunca pisé sólo hasta hace unos meses. Jamás imaginé trabajar en Italia. Por el idioma, porque es muy lejos y porque en mi inquietud está llegar a México y Latinoamérica. Eso es un poco lo que yo tenía en mente. Cuando me dijeron Italia, mi reacción fue un poco "¡Qué!".

-Se vienen los shows en Buenos Aires y en Santiago de Chile. ¿Cómo serán?

-Vamos a tocar todo el disco completo y también temas de los discos pasados. Vengo con un formato de banda normal, el que uso en México y el que normalmente estamos rodando y viajando...

-El disco tiene un sonido para que lo toques vos sola con la guitarra. ¿Vas a subir sola en algún momento?

- Mi ritual siempre es arrancar sola mis conciertos. Eso me permite mucho llegar al escenario. Si estoy nerviosa, estar nerviosa y vivirlo, tragármelo sola. Yo prefiero solita. ¡Dejenme en paz! ¡Nadie me hable que yo canto sola!