Hallaron las células cerebrales que causan la depresión

El descubrimiento no sólo profundiza el conocimiento de un mal cuyos mecanismos se saben sólo parcialmente, sino que puede revolucionar el tratamiento

Compartir
Compartir articulo
 Shutterstock 163
Shutterstock 163

Una investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha identificado por primera vez que las anormalidades en las células inmunológicas del cerebro —las microglías— causan depresión. El hallazgo no sólo profundiza el conocimiento de un mal cuyos mecanismos se saben sólo parcialmente —la depresión es una enfermedad, pero hay variantes dentro de ella— sino que puede revolucionar el tratamiento: normalizar las células de microglía requiere una medicación diferente de la que se emplea en la actualidad.

Los antidepresivos tienen un funcionamiento errático: a ciertas personas les sirven algunos, a otras les sirven otros, a otras no les sirve ninguno. Y la depresión es un problema de salud mental de peso global: una de cada seis personas lo sufre en algún momento de su vida. Es la causa principal de incapacidad temporaria: supera las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, el cáncer y el HIV/sida combinados. Ante la necesidad grande de descubrir nuevos mecanismos biológicos, y sus tratamientos posibles para desarrollar formas adecuadas de combatir la enfermedad, este estudio multiplica su importancia.

El texto, "Depression as a microglial disease" ("La depresión como una enfermedad de las microglías"), se publicó en la revista científica Trends in Neuroscience (Tendencias en Neurociencia) causó impresión en el campo de la investigación de este mal porque por primera vez al estudiar la biología de la depresión se puso el foco en algo distinto del funcionamiento de las neuronas, el camino habitual. La idea de estudiar otras células partió del profesor Raz Yirmiya, director del Laboratorio de Psiconeuroinmunología de la Universidad Hebrea, autor principal del artículo.

La depresión es un problema de salud mental de peso global: una de cada seis personas lo sufre en algún momento de su vida.

Las células de microglía son el 10% de todas las células cerebrales, y cumplen funciones de defensa: combaten las infecciones de bacterias o virus en el cerebro. También contribuyen a la recuperación y la reparación de los daños causados por lesiones. Pero cuando su estructura y su función cambia, "ya no pueden regular los procesos normales de conducta en el cerebro", detalló Yirmiya en una declaración para la prensa.

"Nuestra perspectiva sobre las células de microglía han cambiado dramáticamente en la última década", dijo. "Hoy sabemos que juegan un papel en la formación y el ajuste de las conexiones entre las neuronas (las sinapsis) durante el desarrollo del cerebro, y también en los cambios en esas conexiones a lo largo de la vida. Esos papeles son importantes para las funciones normales del cerebro y de la conducta, entre ellas la percepción del dolor, el estado de ánimo y las capacidades cognitivas".

 Shutterstock 163
Shutterstock 163

Los investigadores escribieron que las células de microglía enfermas pueden causar depresión, y que emplear drogas que recuperen su funcionamiento normal puede ser tan efectivo, o más, que los tratamientos actuales. Al menos para la depresión con este origen: "Esto no significa que todos los sub-tipos de depresión u otras enfermedades psiquiátricas se originen en anormalidades de estas células", advirtió Yirmiya, también profesor del Departmento of Psicología de la Universidad Hebrea.

Un enfoque alternativo de la depresión

Infobae dialogó con otro de los investigadores del equipo, Ronen Reshef, quien contó cómo llegaron a este camino de investigación: "En el pasado, el grupo había estudiado la relación entre la depresión inducida por el estrés y la molécula IL-1, que segregan las microglías y está relacionada con las respuestas inflamatorias en el cerebro. Se encontró una conexión positiva: la inhibición de los efectos de la IL-1 en el cerebro permitían la resistencia a la depresión inducida por el estrés".

La idea original, agregó, partió de síntomas de enfermedades que se parecen a los de la depresión: "Se pensó así que la depresión podía ser una desregulación de esta conducta adaptativa".

Muchas condiciones asociadas con una alta incidencia de depresión (ciertas infecciones y lesiones, enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple y neurodegenerativas como el Mal de Alzheimer) presentan esa característica en común: producen cambios en las microglías. Estas células pasan a un estado de activación, se agrandan, se redondean y secretan químicos que provocan una respuesta inflamatoria en cerebro; se verifica entonces la correlación con la depresión.

También el estrés psicológico crónico o un trauma imprevisto pueden causar una alteración en las microglías, que también da como resultado la depresión aunque el cambio físico es el inverso: algunas de estas células se reducen y degeneran, y otras mueren.

"Muchas de esas enfermedades vienen acompañadas por síntomas de depresión", dijo Reshef, quien también enseña Biología en el Departamento de Psicología que dirige Yirmiya. "Por eso la conexión que se implica en el artículo puede en verdad brindar una explicación para esos síntomas."

El estrés psicológico crónico o un trauma imprevisto pueden causar una alteración en las microglías, que también da como resultado la depresión

Según los datos que analizó el equipo de la Universidad Hebrea, al menos algunas formas de depresión —acaso aquellas que son resistentes a las medicaciones que se enfocan en otros problemas de química del cerebro— "se pueden considerar patologías de las microglías", en las cuales tanto la activación o la decadencia de esas células constituyen la causa directa del síndrome depresivo. "En consecuencia, las desviaciones de la autorregulación de las microglías se deberían considerar un objetivo importante a tratar en la depresión. Esto implica que la depresión no se puede tratar de manera uniforme, sino que se debería tratar con un enfoque médico personalizado que utilice inhibidores o estimuladores de las microglías, según el estado del paciente deprimido".

Ciertos tipos de depresión, se ofreció como ejemplo en el estudio, se asocian más frecuentemente con una activación de las microglías, o con su decadencia. Se lo ve con claridad en los casos de las enfermedades que señalaron los investigadores; en cambio, los pacientes con depresión melancólica mostraron niveles más bajos de células inflamatorias que aquellos con otras depresiones.

Una clase distinta de medicación

"Los papales de las células de microglía en el cerebro sano apenas comienzan a ser explicados", dijo Reshen. "Sin embargo, ya existen algunos artículos sobre su papel en el aprendizaje y la memoria, o la sinapsis. Cuando las microglías se activan o se inhiben, su actividad basal se interrumpe, y eso puede causar una decaimiento de estas habilidades básicas del cerebro".

El deterioro de estas células se da sobre todo en el hipocampo, "una región que se sabe vinculada a la memoria pero también al estado de ánimo y a las emociones", explicó Reshen. "Como las microglías no se han estudiado aún en el contexto de la depresión, puede ser que jueguen un papel en otros subtipos de depresión. En el artículo decimos que la desregulación de estas células sucede en el depresión causada por enfermedades o inducida por el estrés. Pero como otro tipo de depresiones no se han explorado aún, puede ser que las microglías también estén involucradas".

LEA MÁS:


"A pesar de décadas de investigación intensa, los mecanismos biológico que subyacen a la depresión son todavía poco claros, y por eso el desarrollo de tratamientos antidepresivos novedosos y efectivos es tan dificultoso", dice el trabajo. Abierto este campo, el futuro de esta línea de investigación está en "establecer la relación entre los subtipos clínicos de depresión y el estado inflamatorio de las microglías correspondiente", para buscar formas nuevas de medicación y tratamiento.

Los antidepresivos que se usan comúnmente hoy, "apuntan al sistema de un neurotransmisor, la serotonina", recordó Reshen. "En nuestro contexto específico no influyen, pues la liberación de serotonina no afecta a las microglías. Si en la depresión inducida por el estrés la causa principal es el deterioro de estas células, entonces sólo drogas que las afecten podrían aliviar esa depresión".

En el artículo se publicaron datos alentadores sobre la posibilidad: la estimulación de las microglías alivió los síntomas depresivos inducidos en roedores.