Leandro Despouy: "La Justicia, el Parlamento o la civilidad resolverán los últimos nombramientos"

El titular de la Auditoría General de la Nación analizó en InfobaeTv la escandalosa designación en Diputados de los auditores Álvarez y Forlón

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Consultado acerca del desprolijo trámite realizado la semana pasada para nombrar a los funcionarios Julián Álvarez y Juan Forlón como auditores, Leandro Despouy dijo que "no es la primera vez que la Auditoría pasa por situaciones tumultuosas", pero "ahora el incidente se sitúa directamente en el Parlamento". El titular de la AGN no duda de que es la Cámara electa quien tiene que elegir a los auditores que reemplacen a los actuales y también al próximo presidente del organismo de control. Está convencido de que el problema es que el Gobierno cree que pierde las elecciones y está preocupado por la auditoría que se realizará sobre el último año de gestión de Cristina Kirchner.

¿Lo sorprendió la actitud de Julián Alvarez y Juan Forlón para asegurarse dos cargos en la Auditoría General de la Nación?

— Más que sorpresa, porque no es la primera vez que como presidente de la AGN paso por dificultades o situaciones tumultuosas o intentos de destitución, siempre los ha habido, y esto ha sido en forma permanente o cíclica. Nunca hubo un período demasiado prolongado sin que haya incidentes. Pero, en este caso, ya es de otra naturaleza, porque el incidente se sitúa estrictamente en el ámbito del Parlamento, tiene repercusión en la AGN, claro. Antes eran situaciones que me afectaban a mí en forma directa, acá es en el propio Parlamento donde la primera acción importante destinada a la actividad que va a desarrollar el Gobierno actual como oposición del próximo, porque es en esa perspectiva donde se sitúan, pasan a cometer una serie de irregularidades. Además, obviamente, los diputados electos pretendían elegir a los auditores generales, ya que en la futura composición el FPV no podrá nombrar a quien quiere, si quiere nombrar uno tendrá que acordar con las otras fuerzas políticas. Irrita mucho la circunstancia de pensar es que pocos días antes de las elecciones se sirven de una mayoría que ya saben que no tendrán. El 11 de diciembre van a decir, ahora que somos oposición, y somos el partido más importante de la oposición, vamos a reclamar la presidencia de la AGN, a lo que tendrán derecho.

Sí, aunque primero tienen que perder las elecciones.

— Claro, se adelantan a eso también.

Lo que no sé si tienen derecho es a tener mayoría de auditores siendo oposición.

— Ahí se da una circunstancia que irrita el sentido común y los precedentes. El kirchnerismo siempre que fue gobierno tuvo mayoría en la composición del colegio de auditores generales, cuatro sobre tres. Yo siempre fui minoría dentro del organismo. Ahora se dará una situación anómala, y original, que teniendo dos auditores elegidos por el Senado, más estos dos que se eligieron la semana pasada, tiene cuatro, más el presidente, tendría cinco. Para el futuro Gobierno habría cinco auditores kirchneristas y dos de la actual oposición y mañana oficialismo. Esto es imposible.

Hay muchos cuestionamientos, de hecho la sesión se puso en comisión sin los votos necesarios, por lo tanto la oposición va a reclamar por eso. También por el hecho de que no estaba el quórum en el momento en que Alvarez y Forlón juraron. Ahora, hay un punto específico sobre el que le quiero preguntar, que es sobre el tema del mes de setiembre, ¿de qué se trata esa trampa?

— Hubo un momento en el cual la comisión parlamentaria mixta que mantiene la relación de la Auditoría con el Congreso sacó un dictamen por el cual dijo que el mandato terminaba el 5 de septiembre. Esto en la práctica fue anulado por la Cámara de Senadores, que anuló esa disposición, y fijó que el plazo de inicio del mandato de los auditores elegidos por el Senado es el 3 de enero, fecha de iniciación de la AGN. Pero lo que marcó con eso es que es la cámara entrante y no la saliente la que elije los auditores. En la Cámara de Diputados pasó una cosa parecida, porque a pesar de esa resolución, los auditores esa Cámara fueron elegidos en el 99 recién por la cámara entrante el 15 de diciembre. Esto hace que lo regular y lo lógico, aun cuando ha habido desviaciones, es que sea la Cámara entrante la que designe a los auditores. En ese caso, no habrá una designación caprichosa. Por eso se generó un doble repudio a estos nombramientos de la semana pasada, tanto de los actuales como de los que vienen, porque van a reaccionar y van a decir "somos nosotros los que tenemos que elegir a los auditores". Es lo mismo con respecto al presidente de la AGN, que no es esta cámara, sino la cámara entrante cuando vea que su composición tiene mayoría el FPV sobre las otras fuerzas, pero ya es partido de oposición con mayoría legislativa. Sería fraude que hoy me eligieran a mí. A lo que apunto es que ahí se da una distorsión.

¿Por qué cree que se da semejante distorsión?

— Si hay un organismo que han puesto en jaque es, precisamente, la AGN. Sorprende que el primer movimiento sea ir justamente a este organismo.

Lo que demuestra cuánto les ha dolido cada informe que presentó la AGN y el control permanente sobre los actos y presupuestos de las distintas reparticiones del Estado nacional.

— Imaginemos cinco auditores que van a pasar a ser oposición, siempre hablando de la hipótesis de que haya un triunfo de Macri sobre Scioli, un comportamiento que están anticipando. Bajo este supuesto, la Auditoría durante un año y medio va a auditar el último tramo de la gestión de Cristina, y quién lo va a hacer, auditores que vienen cumpliendo funciones en el Ejecutivo. Las normas de la Auditoría dice que se deben apartar de los casos en los cuales las personas han intervenido directamente, esta es una cláusula básica. Lo que ha pasado es que pocas veces gente del Ejecutivo en funciones se transforme en auditor. Generalmente es alguien que cumple funciones parlamentarias. En mi caso, yo era embajador, estaba presidiendo la comisión de Derechos Humanos en Naciones Unidas, no tenía ningún interés en los temas que auditaba.

No es el caso de Alvarez ni de Forlón. Es algo muy valioso resaltarlo. ¿Lamberto también se sorprendió como usted, se supone que no se daba por renunciado el 5 de setiembre, no es así?

— Tengo mucho respeto por los auditores de la oposición, porque creo que hemos construido colectivamente una imagen de la Auditoría. En el caso de Lamberto, él considera que el mandato de él no terminó en setiembre, sino cuando la Cámara de Diputados nombró a los nuevos auditores. Considera que la fecha del 5 de setiembre no es una fecha válida para el término de su mandato. Se produce una situación caótica, se dicen que unos terminan el 9, otros el 3, otros asumen, se ha generado una situación muy conflictiva, que hasta podían perjudicar a los colegas que cumplen adecuadamente con su trabajo. Se ha creado un verdadero caos.

Ahora, a pesar de este mamarracho, ¿no se siente satisfecho de que la AGN, a pesar de tantas presiones, cumplió un rol institucional destacado en estos difíciles años que le tocó vivir a la democracia argentina?

— Sí, eso podré sentirlo el 11 de diciembre, cuando se haya cumplido el mandato. Aún queda un tramo de lucha y fortaleza, porque siempre es una institución en riesgo. Hemos conseguido muchos logros, pero con enormes dificultades políticas, internas. Más allá de todo eso creo que sí, hemos enfrentado las dificultades de auditar a un Gobierno que nunca aceptó el control, que ha hecho una gestión muy desprolija y que ve que la Auditoría produjo los informes que sirvieron de prueba en las causas más visibles, más graves, que hoy día se están juzgando. Fíjese el tema de la tragedia de Once, fue el informe de la Auditoría lo que marcó las responsabilidades. Seguramente Jaime y Schiavi serán condenados. Si mañana Jaime va a preso todo el mundo va a pensar que fue precisamente por los informes que hizo la Auditoría.

¿Cree que en la justicia se podrán frenar los nombramientos de Alvarez y Forlón?

— Yo creo que la situación de cinco a dos no resiste la lógica, no resiste lo jurídico, no resiste lo política, no resiste la República. Yo creo que será la justicia, el Parlamento o la civilidad la que pondrá fin a este tema. Muchas veces fue la civilidad la que permitió volver a la legalidad.