Maratón de Nueva York: auténtica pasión por correr

El 1° de noviembre se realizará una de las carreras de 42 kilómetros más importantes del mundo. Cómo surgió, cómo se preparan los competidores y cómo la viven los argentinos que serán parte del fenómeno

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El 1° de noviembre se realizará una de las carreras de 42 kilómetros más importantes del mundo. Cómo surgió, cómo se preparan los competidores y cómo la viven los argentinos que serán parte del fenómeno

La fecha clave es el 1° de noviembre. La ciudad, por supuesto, es la inmortal Nueva York, donde se corre una de las cinco maratones más importantes del mundo (las otras World Major Marathons son en Tokio, Boston, Berlín y Londres).

El año pasado, récord absoluto, compitieron 50.008 corredores procedentes de 133 países diferentes. Para esta edición se espera igualar o superar esa cifra. Entre los runners se mezcla de todo: atletas profesionales, aficionados que lo toman como un desafío, curiosos que disfrutan de esas experiencias que "hay que tener" al menos una vez en la vida y hasta celebrities.

Y sí, en una ciudad como Nueva York, no se puede esperar menos que, como sucedió el año pasado, correr codo a codo con la ex Baywatch Pamela Anderson. Con la ex Desperate Housewives Teri Hatcher. Con la ex de Tom Cruise, Katie Holmes. En la edición 2014, hasta el escritor japonés Haruki Murakami –uno de los favoritos para el último Nobel de Literatura– salió a correr por los five buroughs, los cinco barrios neoyorquinos por los que pasa la maratón: Bronx, Queens, Brooklyn, Staten Island y Manhattan.

Este año, el actor Ethan Hawke y la cantante Alicia Keys ya confirmaron que participarán. Seguramente no faltarán otros nombres célebres.

Alta competición

Pero no solo de la pantalla llegan las estrellas a la maratón neoyorquina: también estarán los más destacados maratonistas internacionales de alta competición.

La ganadora de la categoría femenina del año pasado fue Mary Keitany, de Kenia, que defenderá su título. No la espera una carrera fácil. Entre sus contendientes estarán su compatriota Caroline Rotich –ganadora de la última maratón de Boston– y la etíope Tigist Tufa, que en abril sorprendió y, contra todos los pronósticos, se coronó en Londres.

En la categoría masculina hay dos grandes favoritos, el keniata Wilson Kipsang, que defiende el título obtenido el año pasado, y el norteamericano –y ya veterano, a sus cuarenta– Meb Keflezighi, ganador en el año 2009. Los siguen de cerca entre los que más chances tienen de llegar primero los etíopes Lelisa Desisa, Gebre Gebremariam y Yemane Tsegay, todos "top three" en las últimas carreras tanto en Nueva York como en Boston.

Carreras para todos

El running no reconoce fronteras. Ni culturas. Ni edades. En un día cualquiera en el Central Park de Nueva York, la fauna más visible es la de los corredores, que no solo valoran el ejercicio aeróbico y el "rush" de endorfinas, sino que también aprovechan el tiempo al aire libre para cortar con la rutina y mantenerse en forma.

Santiago García es uno de los maratonistas argentinos más destacados, que viaja y vive corriendo alrededor del mundo. Autor de libros de running, confirmó su presencia en Nueva York y aseguró que desde hace dos meses y medio se prepara para este nuevo desafío.

"La maratón de Nueva York es la más famosa del mundo, la ciudad completa lo vive como una fiesta. Es una experiencia tan inolvidable como ir de visita a la ciudad", explicó García a Infobae, quien recordó una de las vivencias inolvidables que le regaló la competencia en la Gran Manzana: "Uno de los corredores de trail run más conocidos del mundo, Dean Karnazes, vino a la Argentina en el 2011. Corrí una carrera que él corrió acá. Ese mismo año, en el kilómetro 30 del maratón de Nueva York, lo vi y aproveché para saludarlo. Esa casualidad me terminó dando la energía que me faltaba para llegar a la meta".

Aún cuando parece una actividad solitaria, correr encuentra en eventos como la maratón su espíritu grupal, su efecto de masas. A aquellos que viajen por primera vez, García prefirió recomendar "el disfrute por sobre la exigencia. Hay que estudiar bien el recorrido, regular y buscar cosas acorde a los gustos personales en una ciudad llena de atracciones".

"La primera vez que corrí en Nueva York fue porque nunca antes había corrido una maratón, pensaba que era algo que debía hacer al menos una vez en la vida", explicó a Infobae la artista plástica Sarah Stewart Brown, aficionada al running y habitué de la maratón, "Como no sabía si me iba a gustar, pensé que si iba a correr una sola, que fuera la de Nueva York: dicen que es la carrera con mas mística en el mundo y ahora, que tengo algunas más, sé que no hay nada igual".

Sí, mística. Una gran hermandad de corredores, apoyada por unos dos millones de espectadores que se asoman a la calle para alentarlos, bandas tocando en las terrazas de los edificios, una verdadera fiesta popular.

"Los chicos ponen las manos para que les toques las palmas y te sentís el keniata que va primero", continuó Stewart Brown, "Es muy emotivo; la primera vez que llegué, rompí en llanto apenas crucé la meta y una desconocida que me entregó la medalla me dijo: ¿necesitás un abrazo?' La abracé como si la conociera de siempre".

Entrenamiento a toda carrera

Claro que, aún cuando la maratón permite que cualquiera se inscriba –desde el campeón mundial hasta el curioso que corre por primera vez–, llegar a la maratón en forma es vital tan solo para sobrevivir los 42 kilómetros.

"Todas las maratones son difíciles, es una prueba súper exigida que requiere mucho esfuerzo, durante varias horas", dijo Sarah Stewart Brown, que más allá de ser una runner frecuente, se prepara cada año durante los meses previos con su entrenador Marcelo Perotti. "A los que van por primera vez les recomiendo que disfruten", concluyó la artista, "No es una carrera para hacer tiempo, porque tiene bastantes cambios en la altimetría. Mi consejo es que vayan con ánimo de pasarla bien".

In memoriam

La maratón de Nueva York comenzó a correrse en 1970, como una carrera de cuatro vueltas alrededor de Central Park. Pero tomó su forma actual seis años más tarde, de la mano de un maratonista inquieto y emprendedor.

En 1976, George N. Spitz, empleado estatal y ex combatiente de la Segunda Guerra, vegetariano y corredor aficionado, logró convencer a las autoridades municipales de su idea de organizar una maratón para celebrar el bicentenario de la independencia norteamericana. Una maratón por las calles, que uniera los cinco barrios, tan diversos y dispersos, destacando que –pese a las distancias– Nueva York es una sola ciudad.

"No hubiera sido posible sin George", diría su tocayo George Hirsch, hoy presidente del directorio de New York Road Runners, organizadores de la carrera, "Cuando se le metía una idea en la cabeza, no la dejaba ir. No le molestaba el rechazo. Reagrupaba y seguía adelante".

Convencer a la alcaldía no fue fácil, pero tras mucha insistencia, lo logró. El 24 de octubre de 1976, 2.000 corredores unieron las islas neoyorquinas a través de sus calles y sus puentes, dándole forma final una de las maratones más populares del mundo. George Spitz murió en marzo. Tenía 92 años.